/ domingo 24 de julio de 2022

Problemas del periodismo de opinión

De un tiempo a la fecha el periodismo vive una lamentable crisis de credibilidad. La pérdida de ésta es lo peor que puede pasarle a un medio de comunicación, que tiene como principal función dar a los ciudadanos información veraz y oportuna, todo con el propósito de hacer valer el derecho de éstos a ser debidamente informados.

Los columnistas de hoy, salvo honrosas excepciones, han afectado en más de una ocasión la imagen de personas y grupos. Esto acontece con regularidad porque el afán de muchos es asumir las funciones de juez, sin apoyar en muchos de los casos sus acusaciones mediáticas en razones sólidas.

En la historia del periodismo, los textos de opinión han sido importantes en el análisis e interpretación de los hechos de interés público y social, difundidos por la mayoría de los medios de comunicación. Estos trabajos los produce el llamado periodismo de opinión, y se caracterizan por tener diversos tipos de informaciones sobre determinado tema, incluyendo juicios, opiniones e interpretaciones sobre la causa de un hecho que es objeto de análisis.

El lector de un artículo termina de leer una opinión rápidamente, en menos de diez minutos, dependiendo de la velocidad de lectura y comprensión del lector. El tiempo para juzgar el trabajo de un columnista es aún más corto: en fracción de segundos se emite un comentario calificando o descalificando una opinión.

Sin embargo, para los analistas no es sencillo escribir un artículo de opinión. La mayoría de ellos dedica tiempo para investigar, informarse y escribir un texto de análisis. Lo ideal sería que al abordar un tema específico se cuidara no sólo la redacción, sino también los criterios éticos: verdad y precisión, independencia, equidad e imparcialidad, humanidad y responsabilidad.

El columnismo en México se remonta al siglo XIX, cuando los grupos políticos, sociales y religiosos comenzaron a identificarse con los partidos políticos dominantes de la época, concretamente con el liberal y el conservador.

A la par, surgió también una prensa militante, enfocada a promover posturas políticas e ideológicas, así como a denostar a políticos rivales. La función de este periodismo no es la de informar sobre lo que acontece en su alrededor; “su objetivo real es político y de ejercicio de poder para beneficio de un grupo en particular”, escribió Juan José Arreola en agosto de 2017.

En ese tiempo, directivos de diarios como El Republicano y El Siglo Diez y Nueve crearon espacios en sus páginas para los analistas políticos que deseaban orientar con análisis especializados a sus lectores, dándoles a estos un marco informativo más amplio y especializado. Para el extinto periodista Manuel Buendía Tellezgirón, autor por mucho tiempo de la columna “Red Privada” en Excélsior, la columna periodística surge por aquellas épocas, específicamente en 1872.

De acuerdo con los autores del libro Fundamentos de periodismo impreso los géneros de opinión más importantes son el editorial, la columna, el artículo de opinión, la crítica, las cartas al director y la revista de prensa. Añaden que estos trabajos periodísticos pueden aparecer diseminados a lo largo del periódico, en diversas secciones, dependiendo de la naturaleza del texto de opinión.

Los autores de la citada obra colocan el editorial como “el texto de opinión por excelencia, ya que refleja siempre la postura del medio de comunicación ante el tema que aborda, de ahí que no vaya firmado”, sin que dicho texto refleje una posición particular de un particular, sino “la línea ideológica del periódico acerca de los asuntos de mayor trascendencia social”.

Sobre la columna exponen: “Es un artículo de opinión o comentario, siempre firmado, que aparece regularmente en la misma sección del periódico y con una presentación y extensión siempre similar que comprende una o dos columnas”. Se denomina columnista a quien la escribe, y cuya pluma “trata de explicar o exponer sus puntos de vista sobre diversos aspectos del acontecer diario”.

Al género de opinión pertenece también el artículo de fondo, que se distingue por cuatro rasgos característicos: subjetividad, actualidad, personalidad y brevedad.

Martín Vivaldi afirma que en “el artículo se debe evitar el puro esteticismo y el barroquismo expresivo, pues se trata de un género periodístico, y la claridad es condición imprescindible”.

Pero además de la claridad se debe privilegiar por encima de todo el compromiso con la verdad, un aspecto que dejó de ser importante desde que se descubrió que la información era negocio, ocasionando a partir de entonces la crisis de credibilidad que vive el periodismo actual.


Twitter: @armayacastro

De un tiempo a la fecha el periodismo vive una lamentable crisis de credibilidad. La pérdida de ésta es lo peor que puede pasarle a un medio de comunicación, que tiene como principal función dar a los ciudadanos información veraz y oportuna, todo con el propósito de hacer valer el derecho de éstos a ser debidamente informados.

Los columnistas de hoy, salvo honrosas excepciones, han afectado en más de una ocasión la imagen de personas y grupos. Esto acontece con regularidad porque el afán de muchos es asumir las funciones de juez, sin apoyar en muchos de los casos sus acusaciones mediáticas en razones sólidas.

En la historia del periodismo, los textos de opinión han sido importantes en el análisis e interpretación de los hechos de interés público y social, difundidos por la mayoría de los medios de comunicación. Estos trabajos los produce el llamado periodismo de opinión, y se caracterizan por tener diversos tipos de informaciones sobre determinado tema, incluyendo juicios, opiniones e interpretaciones sobre la causa de un hecho que es objeto de análisis.

El lector de un artículo termina de leer una opinión rápidamente, en menos de diez minutos, dependiendo de la velocidad de lectura y comprensión del lector. El tiempo para juzgar el trabajo de un columnista es aún más corto: en fracción de segundos se emite un comentario calificando o descalificando una opinión.

Sin embargo, para los analistas no es sencillo escribir un artículo de opinión. La mayoría de ellos dedica tiempo para investigar, informarse y escribir un texto de análisis. Lo ideal sería que al abordar un tema específico se cuidara no sólo la redacción, sino también los criterios éticos: verdad y precisión, independencia, equidad e imparcialidad, humanidad y responsabilidad.

El columnismo en México se remonta al siglo XIX, cuando los grupos políticos, sociales y religiosos comenzaron a identificarse con los partidos políticos dominantes de la época, concretamente con el liberal y el conservador.

A la par, surgió también una prensa militante, enfocada a promover posturas políticas e ideológicas, así como a denostar a políticos rivales. La función de este periodismo no es la de informar sobre lo que acontece en su alrededor; “su objetivo real es político y de ejercicio de poder para beneficio de un grupo en particular”, escribió Juan José Arreola en agosto de 2017.

En ese tiempo, directivos de diarios como El Republicano y El Siglo Diez y Nueve crearon espacios en sus páginas para los analistas políticos que deseaban orientar con análisis especializados a sus lectores, dándoles a estos un marco informativo más amplio y especializado. Para el extinto periodista Manuel Buendía Tellezgirón, autor por mucho tiempo de la columna “Red Privada” en Excélsior, la columna periodística surge por aquellas épocas, específicamente en 1872.

De acuerdo con los autores del libro Fundamentos de periodismo impreso los géneros de opinión más importantes son el editorial, la columna, el artículo de opinión, la crítica, las cartas al director y la revista de prensa. Añaden que estos trabajos periodísticos pueden aparecer diseminados a lo largo del periódico, en diversas secciones, dependiendo de la naturaleza del texto de opinión.

Los autores de la citada obra colocan el editorial como “el texto de opinión por excelencia, ya que refleja siempre la postura del medio de comunicación ante el tema que aborda, de ahí que no vaya firmado”, sin que dicho texto refleje una posición particular de un particular, sino “la línea ideológica del periódico acerca de los asuntos de mayor trascendencia social”.

Sobre la columna exponen: “Es un artículo de opinión o comentario, siempre firmado, que aparece regularmente en la misma sección del periódico y con una presentación y extensión siempre similar que comprende una o dos columnas”. Se denomina columnista a quien la escribe, y cuya pluma “trata de explicar o exponer sus puntos de vista sobre diversos aspectos del acontecer diario”.

Al género de opinión pertenece también el artículo de fondo, que se distingue por cuatro rasgos característicos: subjetividad, actualidad, personalidad y brevedad.

Martín Vivaldi afirma que en “el artículo se debe evitar el puro esteticismo y el barroquismo expresivo, pues se trata de un género periodístico, y la claridad es condición imprescindible”.

Pero además de la claridad se debe privilegiar por encima de todo el compromiso con la verdad, un aspecto que dejó de ser importante desde que se descubrió que la información era negocio, ocasionando a partir de entonces la crisis de credibilidad que vive el periodismo actual.


Twitter: @armayacastro