/ jueves 21 de marzo de 2024

La mentira en política

Es lamentable lo que sucede en la actual campaña electoral en México. Lo digo por la cantidad de calumnias que se le cuentan a la gente para lograr el apoyo de los electores en las próximas elecciones presidenciales, las cuales se llevarán a cabo a partir de las 8:00 horas, el próximo 2 de junio.

No me refiero a las promesas falsas que algunos candidatos le hacen a la gente crédula, esa que rara vez cuestiona lo que ofrecen los aspirantes a un puesto de elección popular, y mucho menos analiza la viabilidad de las promesas electorales.

De lo que hablo más concretamente es de las mentiras que, sin sustento alguno, se le dicen al electorado sobre ciertos gobernantes con el fin de desprestigiar a los candidatos que mantienen una ventaja en la intención del voto. El recurso para algunos aspirantes y su equipo es siempre la guerra sucia de mentiras y, en algunos casos, de calumnias que dejan al descubierto la deshonestidad de quien las inventa.

Acusar a un gobernante de haber incurrido en corrupción, excesos y malas prácticas, sirve bien en la guerra sucia para los fines de un grupo político que, con tal de ganar la elección, es capaz de acusar a la clase gubernamental de estar involucrada en prácticas ilegales de narcotráfico. Desprestigiar para ganar nunca será moral.

El presidente Andrés Manuel López Obrador dice que esta propaganda negra en su contra por parte de algunos medios de comunicación comenzó con Tim Golden y ProPublica, seguida de inmediato por el poderoso medio estadounidense The New York Times, el cual soslayó en su reportaje lo dicho por el gobierno estadounidense en el sentido de que no existe una investigación en curso contra el presidente de México.

¿Quién le puede garantizar a la ciudadanía que los candidatos que mienten en campaña no vayan a mentir cuando un posible triunfo electoral los encumbre a un importante cargo gubernamental? Si se miente en campaña, lo más seguro es que se mienta también al gobernar.

La mentira es un recurso inmoral que ha sido recomendado incluso por destacados publicistas de nuestro país. Uno de ellos aconsejó: “Mientras más mentiras contra Morena, mejor”.

Aparte de este tipo de mentiras, están aquellas a las que recurren con frecuencia algunos candidatos respecto a sus posibilidades de triunfo. Por desgracia así es y así ha sido la mentira en política desde hace varias décadas, aunque lo ideal sería que se le hablara a la gente siempre con verdad.

X: @armayacastro

Es lamentable lo que sucede en la actual campaña electoral en México. Lo digo por la cantidad de calumnias que se le cuentan a la gente para lograr el apoyo de los electores en las próximas elecciones presidenciales, las cuales se llevarán a cabo a partir de las 8:00 horas, el próximo 2 de junio.

No me refiero a las promesas falsas que algunos candidatos le hacen a la gente crédula, esa que rara vez cuestiona lo que ofrecen los aspirantes a un puesto de elección popular, y mucho menos analiza la viabilidad de las promesas electorales.

De lo que hablo más concretamente es de las mentiras que, sin sustento alguno, se le dicen al electorado sobre ciertos gobernantes con el fin de desprestigiar a los candidatos que mantienen una ventaja en la intención del voto. El recurso para algunos aspirantes y su equipo es siempre la guerra sucia de mentiras y, en algunos casos, de calumnias que dejan al descubierto la deshonestidad de quien las inventa.

Acusar a un gobernante de haber incurrido en corrupción, excesos y malas prácticas, sirve bien en la guerra sucia para los fines de un grupo político que, con tal de ganar la elección, es capaz de acusar a la clase gubernamental de estar involucrada en prácticas ilegales de narcotráfico. Desprestigiar para ganar nunca será moral.

El presidente Andrés Manuel López Obrador dice que esta propaganda negra en su contra por parte de algunos medios de comunicación comenzó con Tim Golden y ProPublica, seguida de inmediato por el poderoso medio estadounidense The New York Times, el cual soslayó en su reportaje lo dicho por el gobierno estadounidense en el sentido de que no existe una investigación en curso contra el presidente de México.

¿Quién le puede garantizar a la ciudadanía que los candidatos que mienten en campaña no vayan a mentir cuando un posible triunfo electoral los encumbre a un importante cargo gubernamental? Si se miente en campaña, lo más seguro es que se mienta también al gobernar.

La mentira es un recurso inmoral que ha sido recomendado incluso por destacados publicistas de nuestro país. Uno de ellos aconsejó: “Mientras más mentiras contra Morena, mejor”.

Aparte de este tipo de mentiras, están aquellas a las que recurren con frecuencia algunos candidatos respecto a sus posibilidades de triunfo. Por desgracia así es y así ha sido la mentira en política desde hace varias décadas, aunque lo ideal sería que se le hablara a la gente siempre con verdad.

X: @armayacastro