La Revolución Mexicana, patrocinadores, mentiras, engaños, sangre y muerte. Parte 2
En el capítulo anterior escribimos sobre los antecedentes de la Revolución mexicana, continuando con el periodo del Porfirismo, el caudillo nació en la ciudad de Oaxaca en 1830, muriendo en París en 1915, sobre esto resumimos en el capítulo anterior, durante el gobierno de Porfirio Díaz, hubo serias contradicciones, ya que mantuvo al país en tranquilidad, pero con un nivel de vida económico para la mayoría de los mexicanos, en condiciones paupérrimas y de sometimiento, sin embargo, esa paz le dio oportunidad de crear y construir una gran cantidad de obras, caminos, ferrocarriles, el peso superior al valor del dólar, el campo produciendo y luciendo en todo su esplendor con las haciendas, las cuales tenían un alto nivel de producción agrícola superior al de los Estados Unidos, minas altamente productivas, empresas extranjeras que iniciaban la apertura de una inversión extranjera pujante, el 80% de la población vivía en el campo, para 1910 México contaba con 15 millones de habitantes y para 1915 habían muerto más de 2 millones y un millón huyeron a Estados Unidos. Durante el siglo XIX la centuria de 1800, ¿qué sucedió con Estados Unidos? y ¿qué sucedió con los países hispano-católicos del sur incluyendo México?, ¿por qué Estados Unidos se adueñó del continente, no permitiendo el desarrollo autónomo de los países al sur del río Bravo? Este tema tan importante lo veremos con más amplitud, ya que mientras que ellos superaron y adelantaron a la Europa conquistadora, solamente que a ellos los conquistó el imperio que se adueñó del futuro, el Reino Unido, y a Latinoamérica nos conquistó el imperio que se diluía, el español. De esta manera para 1910, de Latinoamérica solamente Argentina pudo llegar a ser en la primera mitad del siglo XX por su riqueza y desarrollo alcanzado, una potencia mundial. Durante el largo mandato del caudillo contra los franceses y quien era altamente envidiado por Benito Juárez, el cual nunca empuñó una sola arma. En noviembre de 1907 llegó a México James Creelman, periodista enviado por el presidente de la unión americana Teodoro Roosbell, con la intensión de investigarle si pensaba reelegirse. Meses después en 1908, se empiezan a dar a conocer por medio de la prensa a favor o en contra de Porfirio Díaz, los por menores de esta entrevista: “La democracia no se ha debilitado por mi larga permanencia en la presidencia, mis ideales al contrario han madurado y me gustaría ver un partido opositor fuerte cuando el pueblo este preparado. El poder lo he tratado de dejar, pero se me ha hecho desistir de mi propósito, por lo que he permanecido en este ejercicio creyendo complacer a la nación confiada en mí. Durante una enfermedad que reposé en Cuernavaca, me hicieron notar que en mi ausencia los valores mexicanos descendieron notablemente. Con todas las personas que me rodean y me apoyan, hemos logrado conservar la práctica democrática, una política patriarcal de ayuda a nuestros gobernados. Hemos mantenido una paz con orden y seguridad, por lo que la educación, la industria y el comercio se han desarrollado permanentemente. No vemos peligro en cada periodo electoral que surja una revuelta armada”. Creelman le hace esta pregunta: “¿Cree usted presidente de que exista la democracia, donde no existe la clase media?”. Díaz contestó que si lo había y que esa clase forma los elementos activos de la sociedad. Los ricos están preocupados con sus riquezas, por el otro extremo la clase no pudiente desafortunadamente es bastante ignorante para aspirar a su superación y al poder.
Continuaremos con esta interesante entrevista.
