Los centros de internamiento para personas que cometían una falta penal, o bien una falta administrativa evolucionaron al mismo paso que nuestra gran ciudad de Torreón lo hizo, de tal manera que resulta por demás interesante conocer los locales que las cárceles públicas municipales ocuparon, para saber todo lo relacionado con tal tema desde sus orígenes hasta la actualidad.
Nuestra gran ciudad como es bien conocido surge en el año de 1850 cuando don Leonardo Zuloaga establece en estas tierras el Rancho del Torreón, hasta el año de 1893 en que se le dio la categoría política de Villa, la cárcel pública fue instalada en un furgón del ferrocarril. De lo anterior consignaremos una anécdota acontecida en el año de 1884 cuando al practicar la visita diaria de rigor por parte del juez auxiliar don Epitacio Morales Díaz se dieron cuenta que el furgón había desaparecido del patio del ferrocarril, llevándose en el interior a todos los detenidos apareciendo el mismo en la estación de Jimulco a donde por equivocación fue llevado por una máquina del ferrocarril.
El anterior incidente dio como resultado que cambiaran la cárcel pública a una casa ubicada en la calle Zaragoza e Hidalgo en donde permaneció hasta que fuera cambiada a una bodega del casco de la hacienda del Torreón, y con posterioridad, es decir en el año de 1893 fuera trasladada a un lado de la presidencia municipal frente a la estación del ferrocarril. Siendo presidente don Leopoldo Escobar construyó una moderna cárcel en la esquina de la calle Treviño y avenida Morelos, sitio en el que posteriormente fue construido el hotel “Río Nazas” la que fue construida en la década de 1910 del siglo veinte.
Del anterior local la cárcel pública municipal se traslado a la avenida Abasolo entre las calles Acuña y Blanco, sitio en el que estaban las oficinas del ministerio público y la policía municipal; de este lugar en el que permaneció e l centro de internamiento municipal de Torreón y en el que permaneció por varias décadas se cambió a un edificio moderno que se construyera en el gobierno del gran lagunero don Braulio Fernández Aguirre y al cual se le impuso el nombre de “Centro de Justicia y Readaptación Social” en el mismo se situaban las oficinas de los juzgados en materia penal, agencias del ministerio público y varias dependencias mas relacionadas con la penal.
Por último en la década de 1980, se construyó un moderno y funcional edificio para albergar a presos del orden federal y estatal al que se le llamó “Centro de Readaptación Social” encontrándose ubicado al oriente de la ciudad.
