Marcio Isaías Velásquez es padre de cinco hijos. Tiene 30 años y es originario de Honduras; ha viajado durante más de un mes, en la travesía por el sueño americano; en su éxodo ha sufrido robo, violencia, frío y hambre. Sacrificio que vive, por la búsqueda de darle una mejor calidad vida a su familia.
Ante la falta de recursos económicos, Isaías, utiliza el tren como única opción de viaje, a pesar de los grandes peligros que se viven, decide hacerlo de esta forma ya que viajar por autobús le cuesta alrededor de mil 700 dólares, además tiene la mala experiencia de que en el destino ya los esperan agentes de migración.
Te puede interesar: Se aferran al tren y se van los más de 600 migrantes a Juárez
Durante su travesía en busca del sueño americano, Velásquez decide viajar colgado de las escaleras de los vagones del tren, dice, que es la única forma de poder soportar los vientos fríos y el sol abrazador, también, considera que es la estrategia más efectiva para esconderse de la guardia privada de Ferromex y migración; aunque, nos cuenta que la manera más cómoda de viajar es en el “Bolicheo”, un vagón de carga que tiene forma de canoa comúnmente lleno de esferas o rollos de alambre metálicos, el problema, es que estos tienen químicos que les irrita la piel, ojos y les dificulta la respiración, pero eso no importa en comparación de las otras formas de viaje por el tren.
Por más de un mes, Isaías, ha vivido historias de tristeza, muerte y abuso. Viaja con el miedo de ser víctima del crimen organizado; tiene la experiencia de haber pasado por una de las zonas rojas de nuestro país, “Tierra Blanca”. “Hemos sido correteados por la migra y la mafia, pero nos salvamos porque nos subimos a los árboles; en otra ocasión, mis compañeros y yo fuimos a comprar algo de comer, íbamos todos sucios, una persona nos ofreció ropa limpia, pero, nos dimos cuenta que nos querían secuestrar y logramos huir”.
Velásquez nos cuenta que ha tenido compañeros que han sido secuestrados por la mafia, a estos les piden todos sus datos, les quitan sus celulares y se contactan con los familiares que tienen en su país de origen o en Estados Unidos, los amenazan con cortarles alguna extremidad del cuerpo si no cumplen con el rescate, “La mafia amenaza a los familiares con cortarles, un pie, un dedo, los amenazan con cortarlos por a poco si no pagan el rescate, que no es poco dinero, ellos piden hasta 150 mil pesos mexicanos para liberarlos, de no cumplir con el pago, les piden la misma cantidad pero ahora en dólares”.
Para Marcio, conforme van más al norte de México la delincuencia organizada ha pasado a segundo plano, en su paso por el estado de Durango y Coahuila sienten una carga menos por estos grupos criminales, en La Laguna solo se preocupan por no ser vistos por la migra y la guardia privada de los trenes, estos últimos han sido apodados por los migrantes como “Los Garroteros”, toparse con ellos es sinónimo de perder lo poco que les queda, “nosotros les llamamos Los Garroteros, a veces se pasan, si te encuentran te piden dinero y te dejan arriba del tren, si no te bajan, te empujan, te avientan o te pegan para que te caigas; “Los Garroteros” se conforman con cien pesos, si ya no traes dinero te quitan el celular”.
Marcio Velásquez, también ha vivido historias de muerte gracias a los agentes del Instituto Nacional de Migración, el trato inhumano, las golpizas y el terror que les siembran, hace que todos los migrantes salgan huyendo hacia los vagones del tren, provocando accidentes y la muerte, “La Migra nos mira como animales, no sé si ellos tienen hijos, pero uno anda buscando un trabajo para tener una mejor vida, no somos criminales, la verdad, migración es demasiado brutal en especial con los hondureños, nos quitan el celular, el dinero, migración no tiene piedad”.
Marcio recuerda como en una huida de “La Migra”, uno de sus compañeros trató de subir al tren, pero este cayó y se golpeó fuertemente contra el piso, “traté de ayudarlo, de auxiliarlo, pero, ya no respondía, tuve que dejarlo atrás y seguir con mi camino”; en la entrevista Marcio recuerda que en una ocasión en Chiapas migración lo persiguió junto a la policía ”me persiguieron como a otras familias, hasta un pantano, ahí perdí mi mochila, mis cosas, allá la migra junto a la policía funcionan como ladrones”.
Isaías Velásquez, está a la espera del tren que va a Monterrey, quiere intentar conseguir un trabajo en la agricultura y de esta forma poder mandar algo de apoyo para sus cinco hijos y su pareja que están en Honduras, aunque su primera intención era irse en el tren que va Ciudad Juárez, Chihuahua, cambió de parecer por los constantes operativos del Instituto Nacional de Migración, de Monterrey partirá a Piedras Negras, Coahuila, para intentar librarse del éxodo y vivir el sueño americano.
