/ martes 5 de diciembre de 2023

La historia de José Rodríguez Tenorio, el sacerdote detrás del “Cristo de las Noas”

Aunque sus raíces se hunden en las tierras zacatecanas, su impacto trascendió las fronteras geográficas, convirtiéndolo en un lagunero por adopción

En el corazón de la Laguna, la figura del sacerdote José Rodríguez Tenorio perdura como un faro de fe y altruismo. Aunque sus raíces se hunden en las tierras zacatecanas, su impacto trascendió las fronteras geográficas, convirtiéndolo en un lagunero por adopción cuya labor espiritual y acciones humanitarias dejaron un legado imborrable.

Nacido en Trancoso, Zacatecas, el 10 de junio de 1937, Rodríguez Tenorio emprendió su camino espiritual con estudios primarios en su lugar de origen. Guiado por su vocación, continuó su formación en el seminario de Guadalajara y más tarde en el de misiones extranjeras, llevando su compromiso religioso al colegio de los padres jesuitas en la Ciudad de México, donde profundizó en la teología.

El 23 de marzo de 1965, el obispo Fernando Romo Gutiérrez lo ordenó sacerdote en la diócesis de Torreón. Su primera misión pastoral lo llevó a la parroquia de Nuestra Señora del Refugio en Matamoros, Coahuila, donde inició su incansable labor espiritual, especialmente con la juventud.

Posteriormente, en la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús en Torreón, Rodríguez Tenorio marcó un hito al comenzar una monumental tarea en el barrio de la Guadalupana. Fundó los renombrados "comedores Guadalupanos", brindando alimentos diarios a 500 personas en colonias como Elsa Hernández de las Fuentes, Nueva California y Cerro de la Cruz.

Nombrado vicario de la iglesia Catedral del Carmen en 1973, fundó el "círculo de estudiantes católicos" en 1974. Su compromiso lo llevó a servir como ecónomo de la diócesis y vicario episcopal de misiones durante casi una década.

La devoción de Rodríguez Tenorio por "Cristo Rey" y su inspiración en "Cristo del corcovado" en Brasil dieron vida al monumental "Cristo de las Noas". Con el respaldo del obispo Romo Gutiérrez, la primera piedra se colocó en 1981, y el complejo religioso turístico se inauguró el 7 de abril de 1983, convirtiéndose en un símbolo arraigado de la fe cristiana en la región.

El sacerdote, reconocido por su obra humanitaria y su iniciativa con el "Cristo de las Noas", falleció el 4 de diciembre de 2014 en Torreón, dejando tras de sí un legado de trabajo incansable y tenacidad que merece el reconocimiento y la gratitud perpetua del pueblo lagunero.

En el corazón de la Laguna, la figura del sacerdote José Rodríguez Tenorio perdura como un faro de fe y altruismo. Aunque sus raíces se hunden en las tierras zacatecanas, su impacto trascendió las fronteras geográficas, convirtiéndolo en un lagunero por adopción cuya labor espiritual y acciones humanitarias dejaron un legado imborrable.

Nacido en Trancoso, Zacatecas, el 10 de junio de 1937, Rodríguez Tenorio emprendió su camino espiritual con estudios primarios en su lugar de origen. Guiado por su vocación, continuó su formación en el seminario de Guadalajara y más tarde en el de misiones extranjeras, llevando su compromiso religioso al colegio de los padres jesuitas en la Ciudad de México, donde profundizó en la teología.

El 23 de marzo de 1965, el obispo Fernando Romo Gutiérrez lo ordenó sacerdote en la diócesis de Torreón. Su primera misión pastoral lo llevó a la parroquia de Nuestra Señora del Refugio en Matamoros, Coahuila, donde inició su incansable labor espiritual, especialmente con la juventud.

Posteriormente, en la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús en Torreón, Rodríguez Tenorio marcó un hito al comenzar una monumental tarea en el barrio de la Guadalupana. Fundó los renombrados "comedores Guadalupanos", brindando alimentos diarios a 500 personas en colonias como Elsa Hernández de las Fuentes, Nueva California y Cerro de la Cruz.

Nombrado vicario de la iglesia Catedral del Carmen en 1973, fundó el "círculo de estudiantes católicos" en 1974. Su compromiso lo llevó a servir como ecónomo de la diócesis y vicario episcopal de misiones durante casi una década.

La devoción de Rodríguez Tenorio por "Cristo Rey" y su inspiración en "Cristo del corcovado" en Brasil dieron vida al monumental "Cristo de las Noas". Con el respaldo del obispo Romo Gutiérrez, la primera piedra se colocó en 1981, y el complejo religioso turístico se inauguró el 7 de abril de 1983, convirtiéndose en un símbolo arraigado de la fe cristiana en la región.

El sacerdote, reconocido por su obra humanitaria y su iniciativa con el "Cristo de las Noas", falleció el 4 de diciembre de 2014 en Torreón, dejando tras de sí un legado de trabajo incansable y tenacidad que merece el reconocimiento y la gratitud perpetua del pueblo lagunero.

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