Hace más de un siglo, la ahora conocida como ciudad de Torreón, ubicada en el norte de México, presenció el establecimiento de su primera iglesia. Lo que hace que esta historia sea aún más intrigante es el hecho de que esta no fue una iglesia católica, sino una iglesia bautista. Esta iglesia ha desempeñado un papel importante en la comunidad durante su larga historia de 120 años, enfrentando desafíos y cambios significativos a lo largo del tiempo.
La Primera Iglesia Bautista de Torreón, ubicada en la calle Cepeda, número 251, en el corazón de la colonia Centro, ha sido testigo de la transformación de Torreón, desde sus días como un rancho hasta su elevación a la categoría de ciudad. Israel Aguilera, historiador de esta iglesia, relata que la iglesia bautista originalmente recibió un espacio reducido para su construcción debido a la corriente predominante de la época, mientras que las iglesias católicas a menudo recibían terrenos más grandes.
Esta iglesia se convirtió en un faro espiritual para los primeros habitantes de la ciudad. A lo largo de su historia, el templo ha experimentado cinco cambios significativos en su apariencia, incluyendo la reconstrucción después de un incendio. Se sospechó que el incendio podría haber sido provocado, aunque se mencionó un posible cortocircuito.
El templo también se convirtió en un testigo silencioso de los tiempos de violencia que afectaron a la región y al país en general. La fachada de la iglesia aún lleva marcas de balas perdidas de enfrentamientos entre grupos armados y el Ejército Mexicano.
El fundador de la iglesia, Florencio Treviño, originario de Santa Rosa, Nuevo León, enfrentó desafíos significativos para establecer la primera iglesia bautista en Torreón. Comenzó a predicar en 1890 en lo que entonces era el rancho de Torreón, reuniendo a una pequeña congregación en su casa en la avenida Juárez y la calle Valdez Carrillo.
Con el apoyo del primer pastor, A.C. Watkins, la Primera Iglesia Bautista de Torreón se estableció oficialmente en 1895. El primer templo fue de construcción rústica, hecho de adobe y madera, pero pronto fue reemplazado por una estructura de estilo texano.
La iglesia importó una campana de Estados Unidos que se usaba para anunciar los servicios religiosos y que se podía escuchar a lo lejos. Sin embargo, en 1911, un grupo de 50 soldados a caballo ingresó al templo, saqueando las instalaciones del seminario, que estaba dirigido por G.H Lacy. El director logró recuperar lo robado regalando biblias y nuevos testamentos.
En 1928, enemigos de la iglesia, supuestamente relacionados con la Secretaría de Hacienda, ordenaron el cierre del templo con fines políticos. La iglesia y el pastor Genaro Trelles se unieron para escribir cartas y telegramas al presidente de la República, Plutarco Elías Calles, solicitando su reapertura, que finalmente ocurrió el 2 de agosto de ese mismo año.
A lo largo de los años, la iglesia ha atravesado cambios significativos en su estructura y función. La campana dejó de usarse en 1943 y se mantuvo olvidada hasta que fue exhibida en el interior del templo. En 1942, se tomó la decisión de demoler el templo de estilo texano, y se construyó uno más moderno que perduró durante más de 40 años.
Desafortunadamente, en 1986, un incendio destruyó gran parte del templo. Aunque se especuló que podría haber sido provocado debido a un cortocircuito en un órgano, la comunidad se unió para reconstruirlo. Durante este período, el templo Presbiteriano "Príncipe de Paz" abrió sus puertas para los feligreses.
Finalmente, en 1988, el templo abrió sus nuevas instalaciones, que se mantienen en gran medida como las conocemos hoy. Desde su fundación hasta la fecha, ha habido 27 pastores que han continuado con su labor evangélica en la ciudad.
La Primera Iglesia Bautista de Torreón se enorgullece de ser una iglesia fuerte y creciente, comprometida con el evangelismo y las misiones. Además, ha implementado un sistema escolarizado de discipulado que ha dado sus frutos. Como testimonio de su impacto en la comunidad, se han organizado más de 15 iglesias bajo su influencia.
La historia de la Primera Iglesia Bautista de Torreón es un testimonio de resiliencia y dedicación a lo largo de más de un siglo, y continúa desempeñando un papel importante en la comunidad de Torreón.
