Porque dentro de la reglamentación municipal está puntualmente prohibido que quintas con albercas y los llamados negocios de autolavado utilicen agua proveniente de red de agua potable para su funcionamiento, una vez más se ha vuelto a intensificar el trabajo de inspección en este tipo de establecimientos para vigilar el puntual cumplimiento de la medida ahora que con la demanda del vital líquido por parte de la población vuelve a incrementarse con el inicio de la temporada de calor.
De lo que se trata es de evitar y en su caso sancionar el eventual desperdicio del agua que debe destinarse precisamente a atender las necesidades de uso y consumo de la población, informó el titular de la Dirección de Inspección y Verificación Municipal, Raúl Rodríguez García.
De hecho, recordó que antes de la reapertura de las albercas que suele darse con el inicio de la primavera, fue desde el pasado mes de marzo cuando se retomaron las visitas de verificación en las quintas, por principio para exhortar a sus propietarios a atender lo dispuesto en reglamento en relación con el uso del agua potable, al tiempo que se redobló la vigilancia en los negocios que ofrecen servicios de aseo de automóviles.
En ambos casos, dijo, se ha estado recordando a los propietarios que sus necesidades de grandes volúmenes de agua los deben cubrir adquiriéndola para su entrega a través de camiones-pipa, en el entendido de que si optan por tomarla de la red de distribución de la ciudad se harán acreedores a una fuerte sanción económica, que puede ser de entre 25 mil y 55 mil pesos, y posiblemente a la clausura de sus establecimientos, dependiendo de la gravedad del caso o de si hay o no reincidencia.
El funcionario aclaró que en lo que va del presente año no se han detectado casos que ameriten la aplicación de sanciones, en el entendido de que el trabajo de inspección actualmente se encuentra en proceso dentro de una fase intensiva que en los próximos días llevará al personal de la dependencia a su cargo a visitar nuevamente a negocios que ya se han verificado con anterioridad, con la idea de constatar que se mantengan en orden y, en su caso, que hayan atendido las observaciones que se les hicieron en su oportunidad.
De acuerdo con Rodríguez García, en los negocios de estos giros es muy fácil comprobar que el agua que en sus instalaciones se emplea no proviene de la red hidráulica de la ciudad, esto a través de los recibos de compra que sin excepción siempre entregan las diferentes empresas que brindan servicio de entrega del líquido en pipas.
De hecho, agregó, dichos documentos son uno de los principales mecanismos de control a la hora de una verificación, además de agotar toda una inspección física en la que se aprovecha para evaluar el cumplimiento de distintas disposiciones reglamentarias que se deben observar a favor del orden y las condiciones de seguridad que deben prevalecer.