/ lunes 8 de noviembre de 2021

Ruido, el conflicto más frecuente entre vecinos

Los datos más recientes de la Encuesta de Seguridad Pública Urbana del INEGI, señalan que, en México, el 30.4 % de la población mayor de 18 años tuvo al menos un conflicto en los últimos tres meses. Por su parte, en La Laguna esta cifra fue más baja, al situarse en 17.9 % y dentro de los más bajos a nivel nacional.

Esto no es un dato menor, ya que, de ese porcentaje, el 70 % de los laguneros que dijeron haber tenido un conflicto fue con sus vecinos. Estos problemas con los vecinos fueron principalmente por ruido, música alta, tirar basura, problemas de estacionamiento, problemas relacionados con mascotas e incluso hasta chismes o malos entendidos.

No obstante, en estos conflictos persistió el diálogo y la plática para solucionar esas diferencias entre vecinos; también hubo casos en más del 30 % en donde se manifestaron gritos, insultos o groserías. Solo en pocos casos, menos del 5 % se llegaron a presentar golpes (puñetazos, patadas) y empujones.

Es de suponer, que estos conflictos se agravaron severamente a consecuencia de la pandemia, pues el confinamiento originó mayor roce con nuestros vecinos y que se volvieron incómodos en algunos casos. El trabajar desde casa o haber perdido el empleo en algunos casos generó mucho estrés y la relación con nuestros vecinos pudo deteriorarse. Lo cierto, es que es importante atender estas conductas antisociales, ya que pueden detonar delitos, violencia y problemas más graves de convivencia.

El vivir en sociedad supone cumplir una serie de reglas y leyes, que tienen que ser respetados para poder vivir en armonía. ¿Pero hay consecuencias por no cumplirlas? ¿quién se supone debe vigilar que se cumplan? Es la autoridad municipal la que, ante algún conflicto comunitario, debe brindar apoyo y debe intervenir.

Esta policía debe estar capacitada y orientada a la solución de problemas, a evaluar factores de riesgo de las personas infractoras y canalizar a algún tipo de apoyo. De otra forma, los problemas entre vecinos seguirán presentándose y de no sancionarse, de no ofrecer tratamiento a los agresores, o brindar una salida alterna, eventualmente podrán escalar a otras conductas. Como sociedad debemos mostrar más empatía, ser más amables con nuestros vecinos, para que todos aprendamos a vivir en sociedad.

Los datos más recientes de la Encuesta de Seguridad Pública Urbana del INEGI, señalan que, en México, el 30.4 % de la población mayor de 18 años tuvo al menos un conflicto en los últimos tres meses. Por su parte, en La Laguna esta cifra fue más baja, al situarse en 17.9 % y dentro de los más bajos a nivel nacional.

Esto no es un dato menor, ya que, de ese porcentaje, el 70 % de los laguneros que dijeron haber tenido un conflicto fue con sus vecinos. Estos problemas con los vecinos fueron principalmente por ruido, música alta, tirar basura, problemas de estacionamiento, problemas relacionados con mascotas e incluso hasta chismes o malos entendidos.

No obstante, en estos conflictos persistió el diálogo y la plática para solucionar esas diferencias entre vecinos; también hubo casos en más del 30 % en donde se manifestaron gritos, insultos o groserías. Solo en pocos casos, menos del 5 % se llegaron a presentar golpes (puñetazos, patadas) y empujones.

Es de suponer, que estos conflictos se agravaron severamente a consecuencia de la pandemia, pues el confinamiento originó mayor roce con nuestros vecinos y que se volvieron incómodos en algunos casos. El trabajar desde casa o haber perdido el empleo en algunos casos generó mucho estrés y la relación con nuestros vecinos pudo deteriorarse. Lo cierto, es que es importante atender estas conductas antisociales, ya que pueden detonar delitos, violencia y problemas más graves de convivencia.

El vivir en sociedad supone cumplir una serie de reglas y leyes, que tienen que ser respetados para poder vivir en armonía. ¿Pero hay consecuencias por no cumplirlas? ¿quién se supone debe vigilar que se cumplan? Es la autoridad municipal la que, ante algún conflicto comunitario, debe brindar apoyo y debe intervenir.

Esta policía debe estar capacitada y orientada a la solución de problemas, a evaluar factores de riesgo de las personas infractoras y canalizar a algún tipo de apoyo. De otra forma, los problemas entre vecinos seguirán presentándose y de no sancionarse, de no ofrecer tratamiento a los agresores, o brindar una salida alterna, eventualmente podrán escalar a otras conductas. Como sociedad debemos mostrar más empatía, ser más amables con nuestros vecinos, para que todos aprendamos a vivir en sociedad.