En el Consejo Cívico de las Instituciones, hemos elaborado desde sus inicios hace ya diez años, la georreferenciación de los delitos de alto impacto, porque estamos convencidos que, al entender su distribución y su manifestación, podemos identificar cuales son sus causas y que factores detonan estos comportamientos. Pero más allá de eso, buscamos que se implementen políticas públicas para la reducción de la violencia y a su vez informar a la ciudadanía en donde se presentan con mayor frecuencia para evitar ser víctima de cualquiera de esos delitos. Esto se ha vuelto una herramienta de alertas, ya que con esta información estamos creando modelos predictivos, es decir, anticipar donde pueden ocurrir el siguiente delito. Sin embargo, es preciso empezar a cambiar la forma en que vemos y analizamos el fenómeno delictivo, puesto que no podemos estar reaccionando siempre ante un homicidio o un robo de vehículo con violencia, atender a la víctima una vez se manifiesta el delito o la falta, si no buscar prevenir que suceda el siguiente robo o el siguiente accidente fatal. A lo largo de estos años, hemos dejado evidencia que la violencia en La Laguna se concentra, la violencia homicida, por ejemplo, el robo de vehículo o el robo a transeúnte, están plenamente identificados. No obstante, sigue manifestándose la violencia en los mismos sectores, año con año. Ciertamente la autoridad hace el esfuerzo por atender la problemática, pero esto va más allá de la simple tarea de inteligencia de los cuerpos policiacos. La violencia se genera en algún lugar, o donde hay condiciones para que florezca. ¿Por qué es insuficiente?, porque las teorías criminológicas arrojan que aspectos como los niveles de marginación urbana, las viviendas con altos niveles de hacinamiento, que no tienen acceso a servicios públicos y de salud, así como un grado de estudio bajo, son algunas de las variables que explican conductas delictivas. Eso, no se puede solucionar desde una perspectiva policial, sino desde una perspectiva social y transversal. La evidencia y la información ahí esta, pero si no se atiende de forma integral, seguiremos viendo la concentración de la violencia en las mismas calles, las mismas víctimas, los mismos horarios, los mismos días.
En el Consejo Cívico de las Instituciones, hemos elaborado desde sus inicios hace ya diez años, la georreferenciación de los delitos de alto impacto, porque estamos convencidos que, al entender su distribución y su manifestación, podemos identificar cuales son sus causas y que factores detonan estos comportamientos. Pero más allá de eso, buscamos que se implementen políticas públicas para la reducción de la violencia y a su vez informar a la ciudadanía en donde se presentan con mayor frecuencia para evitar ser víctima de cualquiera de esos delitos. Esto se ha vuelto una herramienta de alertas, ya que con esta información estamos creando modelos predictivos, es decir, anticipar donde pueden ocurrir el siguiente delito. Sin embargo, es preciso empezar a cambiar la forma en que vemos y analizamos el fenómeno delictivo, puesto que no podemos estar reaccionando siempre ante un homicidio o un robo de vehículo con violencia, atender a la víctima una vez se manifiesta el delito o la falta, si no buscar prevenir que suceda el siguiente robo o el siguiente accidente fatal. A lo largo de estos años, hemos dejado evidencia que la violencia en La Laguna se concentra, la violencia homicida, por ejemplo, el robo de vehículo o el robo a transeúnte, están plenamente identificados. No obstante, sigue manifestándose la violencia en los mismos sectores, año con año. Ciertamente la autoridad hace el esfuerzo por atender la problemática, pero esto va más allá de la simple tarea de inteligencia de los cuerpos policiacos. La violencia se genera en algún lugar, o donde hay condiciones para que florezca. ¿Por qué es insuficiente?, porque las teorías criminológicas arrojan que aspectos como los niveles de marginación urbana, las viviendas con altos niveles de hacinamiento, que no tienen acceso a servicios públicos y de salud, así como un grado de estudio bajo, son algunas de las variables que explican conductas delictivas. Eso, no se puede solucionar desde una perspectiva policial, sino desde una perspectiva social y transversal. La evidencia y la información ahí esta, pero si no se atiende de forma integral, seguiremos viendo la concentración de la violencia en las mismas calles, las mismas víctimas, los mismos horarios, los mismos días.