/ lunes 25 de julio de 2022

El Padrino | “Rehabilitando adictos”

Si te caíste ayer, levántate hoy

Decidí abandonar el barco de aquel internamiento el mero 24 de febrero y volví a pesar de las advertencias de mi padrino, me decían que no estaba preparado para enfrentar la vida en sobriedad aun, que tenía que terminar un proceso de mas tiempo hasta lograr hacer conciencia de los daños que a mi edad ya había ocasionado y que no eran pocos ni pequeños pero la presunción de la juventud y la inteligencia me pusieron un tapón en los oídos, y a base de argumentos sin ningún sustento convencí a mi familia que yo tenía que integrarme nuevamente a la sociedad, hoy aplico un dicho con mis ahijados cuando al llegar a los grupos me preguntan que hacer y les contesto: sáquese el tapón de los oídos y póngalo en su boca para que escuche mas y hable menos

Tenia la intención de integrarme a una iglesia, de ir a un gimnasio, de inscribirme en una escuela, de conseguir una novia, de poner un negocio, de hacer todo tenia ganas pero no de integrarme a un grupo de AA, no aceptaba que padecía de una enfermedad que es incurable, progresiva y mortal por necesidad Y que al paso del tiempo se me iba a ir agravando, no paso mucho tiempo para que mi autosuficiencia diera sus frutos y empezara de nuevo a beber alcohol y a consumir mas drogas y tuviera que llenar de nuevo un fondo de sufrimiento relativamente grande pero que no era suficiente para cambiar, puesto que la decisión de dejar de beber y de drogarme ni siquiera estaba ahora lo se: en mis manos, tenía que tener algo que se llama humildad para poder pedirle a un poder mas grande que yo, que me ayudara a tener conciencia de lo que estaba ocurriendo con mi vida, y como estaba conduciéndola al fondo del precipicio.

Arribe a Torreón y recuerdo que inmediatamente busque la manera de continuar bien me acerque con un padrino que recién había salido también de “el valle de los pirineos” y empezamos a ver la posibilidad de abrir nuestro propio grupo, cosa que no resulta muy difícil si se cuenta con un lugar dos o mas personas y el deseo de continuar sobrio, nos sumamos al equipo de otras personas que asistían a un grupo que se llamaba el “ Bill W.” y una noche lluviosa lo recuerdo bien en la parte alta de una bodega situada en la avenida Aldama de Torreón le pusimos nombre al que seria nuestro grupo “Fuerza unida” a donde se fueron sumando otros compañeros pero yo muy pronto deje de ir, el único fundador del grupo que permaneció firme fue el padrino Jorge G. quien tomo la responsabilidad para si y acrecentó el grupo a límites que nunca se pensaron le seguiré compartiendo en la próxima entrega de “ LA COLUMNA DEL PADRINO “

Email: transmiteloac@hotmail.com

Facebook: Transmitelo AC

Si te caíste ayer, levántate hoy

Decidí abandonar el barco de aquel internamiento el mero 24 de febrero y volví a pesar de las advertencias de mi padrino, me decían que no estaba preparado para enfrentar la vida en sobriedad aun, que tenía que terminar un proceso de mas tiempo hasta lograr hacer conciencia de los daños que a mi edad ya había ocasionado y que no eran pocos ni pequeños pero la presunción de la juventud y la inteligencia me pusieron un tapón en los oídos, y a base de argumentos sin ningún sustento convencí a mi familia que yo tenía que integrarme nuevamente a la sociedad, hoy aplico un dicho con mis ahijados cuando al llegar a los grupos me preguntan que hacer y les contesto: sáquese el tapón de los oídos y póngalo en su boca para que escuche mas y hable menos

Tenia la intención de integrarme a una iglesia, de ir a un gimnasio, de inscribirme en una escuela, de conseguir una novia, de poner un negocio, de hacer todo tenia ganas pero no de integrarme a un grupo de AA, no aceptaba que padecía de una enfermedad que es incurable, progresiva y mortal por necesidad Y que al paso del tiempo se me iba a ir agravando, no paso mucho tiempo para que mi autosuficiencia diera sus frutos y empezara de nuevo a beber alcohol y a consumir mas drogas y tuviera que llenar de nuevo un fondo de sufrimiento relativamente grande pero que no era suficiente para cambiar, puesto que la decisión de dejar de beber y de drogarme ni siquiera estaba ahora lo se: en mis manos, tenía que tener algo que se llama humildad para poder pedirle a un poder mas grande que yo, que me ayudara a tener conciencia de lo que estaba ocurriendo con mi vida, y como estaba conduciéndola al fondo del precipicio.

Arribe a Torreón y recuerdo que inmediatamente busque la manera de continuar bien me acerque con un padrino que recién había salido también de “el valle de los pirineos” y empezamos a ver la posibilidad de abrir nuestro propio grupo, cosa que no resulta muy difícil si se cuenta con un lugar dos o mas personas y el deseo de continuar sobrio, nos sumamos al equipo de otras personas que asistían a un grupo que se llamaba el “ Bill W.” y una noche lluviosa lo recuerdo bien en la parte alta de una bodega situada en la avenida Aldama de Torreón le pusimos nombre al que seria nuestro grupo “Fuerza unida” a donde se fueron sumando otros compañeros pero yo muy pronto deje de ir, el único fundador del grupo que permaneció firme fue el padrino Jorge G. quien tomo la responsabilidad para si y acrecentó el grupo a límites que nunca se pensaron le seguiré compartiendo en la próxima entrega de “ LA COLUMNA DEL PADRINO “

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