Torreón, Coahuila. – Emiliana Carolina Seña Ramírez nació el 4 de diciembre de 1989 en Venezuela, país de donde tuvo que salir, junto con su esposo Ángel Ramírez, en la búsqueda de una mejor calidad de vida.
El destino era Estados Unidos, por lo que primero dejaron a sus cuatro hijos, una de ellas mayor de edad, con otros familiares en Colombia, a fin de conseguir el “sueño americano” y mandarles dinero.
La mañana del lunes 26 de febrero, alrededor de las 9:00 horas, llegaron a Torreón en el tren, el cual se paró repentinamente entre las colonias La Dalia y Las Julietas, ella cayó y murió aplastada por las ruedas. Tenía dos meses de embarazo, por lo que la tragedia fue doble.
El cuerpo fue llevado al Servicio Médico Forense (SEMEFO) de la Fiscalía de Coahuila Región Laguna I, dependencia en donde su esposo lleva a cabo los trámites para repatriarla.
“Veníamos ella y yo, nada más, no quisimos exponer a nuestros hijos, por eso los dejamos en Colombia, porque allá está toda nuestra familia. Acabábamos de llevar a Torreón, pero el tren frenó de ´coñazo´ y se me cayó”, dijo.
“Tenía dos meses de embarazo, aproximadamente. Así es la vida de dura”, comentó.
Ángel Ramírez comentó que decidieron huir de su país ante la falta de oportunidades, por la pobreza y la inseguridad.
Es por eso que se convirtieron en migrantes, pero ninguno se imaginó que, en el trayecto, en esta zona de México, ocurriría una tragedia.
Al respecto, María Concepción Martínez Rodríguez, coordinadora del Centro de Día para Migrantes “Jesús Torres”, comentó que en este tipo de casos corresponde al marido realizar los trámites para repatriar el cuerpo.
“En el SEMEFO o en el Ministerio Público. Cuando un migrante viene solo y muere, lo que procede es llamar al Consulado”.