Saltillo, Coahuila.- Los comercios y negocios emprendieron una "guerra de bocinas" y equipos de sonido para poner la música a todo vuelo, con el afán de atraer clientes, sin importarles generar contaminación auditiva que afecta a los potenciales compradores.
Pero muchos de los dueños de estos comercios no cuentan, ni tienen el permiso respectivo para utilizar esos equipos y mucho menos cuentan con estudio de impacto ambiental, que les deben de solicitar las autoridades municipales y estatales del ramo, así como del sector salud.
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En este sentido, desde el Congreso del Estado se solicitó a los 38 ayuntamientos verificar los decibeles de las bocinas y aparatos de sonido, que funcionan de forma indiscriminada, irresponsable y abusiva violando la Norma Oficial Mexicana NOM-081-SEMARNAT-1994, al generar contaminación acústica en perjuicio de la población.
La propuesta la presentó la diputada Natalia Virgil Orona, al subrayar que hay cuadras céntricas, en las principales ciudades del estado, se localizan varias bocinas a poca distancia unas de otras que tocan música todo el día.
Incluso, menciona que hay algunas a escasos 50 metros de planteles escolares, pero que también hay palapas al aire libre que tienen permiso de utilizar bocina a pesar de estar rodeadas de viviendas ubicadas a 10 metros de distancia, lo que es un absurdo.
Indicó que ha sitios donde el ruido alcanza los 80 decibeles y otros donde se superan los 110, además de espacios donde presentan conjuntos y cantantes en vivo con ese rango de volumen, con un impacto de 90 metros a la redonda, afectando a casas-habitación.
Dio a conocer que la Norma Oficial Mexicana NOM-081-SEMARNAT-1994, fija como límite 68 decibeles para zonas comerciales, de 6 de la mañana a 10 de la noche, y de 65 de las 10 de la noche a las 6 de la mañana.
Mientras que si el establecimiento opera debajo de una vivienda o departamento, el límite máximo es de 55 de las 6:00 a las 22:00 horas, y de 50 de las 22:00 a las 6:00 horas.
Apuntó que "muchos suponen que ejercer el comercio les confiere el derecho a generar ruido contaminante y que los vecinos deben soportarlo.
“Pero una cosa es un negocio que, por su giro, necesita de equipo de sonido y bocinas, como cantinas, bares, restaurantes-bar, discotecas, salones de fiesta, salones de baile, terrazas, palapas, palenques y rodeos", pero que en todos los casos, dijo que estos lugares están sujetos a la regulación en materia de ruido.
