Son muchas las enfermedades que perjudican el organismo interno del ser humano, aunque existe un pequeño grupo asociado al sistema circulatorio y a todos los elementos vinculados a él; como lo son las enfermedades hematológicas, o aquellas afecciones que están vinculadas directamente con la sangre.
Algunas de ellas se caracterizan por tener un origen multifactorial, sin embargo, la gran mayoría manifiestan algo en particular: anemia. En realidad, la anemia no es una enfermedad, es una manifestación clínica de algo que no funciona correctamente en la sangre.
Por lo regular, la anemia se caracteriza por presentar un bajo nivel de hemoglobina, esa proteína especializada en el transporte de oxígeno y dióxido de carbono que se encuentra en los glóbulos rojos (hematíes o eritrocitos). En la anemia existe una disminución en la producción de hemoglobina o una baja cantidad de glóbulos rojos en sangre, por lo que no hay un transporte óptimo de oxígeno al cuerpo, generando mucho cansancio y debilidad.
La anemia es la consecuencia de una deficiencia de vitaminas del complejo B y de hierro, por ende, existen al menos cinco tipos. Aunque puede tener un origen multifactorial, los síntomas que la delatan en sus primeros indicios son fáciles de detectar. Mayo Clinic señala algunos signos que llegan a tener las personas con esta condición:
- Debilidad
- Piel pálida o amarillenta
- Latidos del corazón irregulares
- Dificultad para respirar
- Mareos o aturdimiento
¿CÓMO PREVENIR LA ANEMIA?
Es algo difícil asegurar que la anemia se pueda prevenir, ya que está asociada a muchas enfermedades, sin embargo, lo que podemos hacer es incorporar a nuestra dieta algunas vitaminas y minerales para evitar una deficiencia en la sangre:
- Hierro
- Folato
- Vitamina B-12
- Vitamina C
Si tienes sospechas, debes acudir a consulta inmediatamente. Un profesional de la salud te realizará el diagnóstico adecuado con base en diversos parámetros, e iniciará un tratamiento ideal que se ajustará a tus necesidades.