Torreón, Coahuila.- Con motivo del Día Mundial Contra la Obesidad, cerca de 200 activistas antigordofobia y otros colectivos de diferentes países, denuncian la consideración de la gordura como enfermedad y reivindican, a través de redes sociales, el 4 de marzo como el Día Mundial contra la Gordofobia, dijo Chary Aranzábal Román lagunera que es parte de este movimiento que reúne a representantes de todos los países.
El bullying contra los niños y niñas gordos es la primera causa de mal trato. Hay una muy tasa de suicidios están también relacionados con esta problemática de la conducta alimentaria.
“Cerca de 200 activistas y se están sumando más, activistas antigordofobia de diferentes países, estamos denunciando la consideración de la gordura como una enfermedad, y por ello queremos reivindicar este día, queremos que ya no sea el Día Mundial Contra la Obesidad, sino que sea el día Mundial Contra la Gordofobia”, recalco Aranzábal Román.
“Hablar de obesidad es hablar de gordos y ya esto debe desaparecer”, recalcó.
Se trata de activistas que han estado trabajando desde hace años en España, toda la Patagonia desde Argentina, Chile, Colombia, Ecuador, Perú, Estados Unidos y principalmente México.
El Día Mundial Contra la Obesidad fue promovido por la Federación Internacional de Obesidad (World Obesity Federation) y se celebra el 4 de marzo desde el año 2015.
México ocupa el primer lugar mundial en obesidad infantil, un problema que está presente no sólo en la infancia y la adolescencia, sino también en población en edad preescolar.
Coahuila se ubica en cuarto lugar a nivel nacional con problemas de obesidad infantil, pues alrededor del 40 % de los niños de primaria padecen de sobrepeso, de los cuales, la mayoría está en la etapa de tercero y cuarto grado, es decir, entre los 8 y 9 años de edad.
El grupo antigordofobia denuncia al sistema médico que considera enfermas a las personas gordas, usando como único indicador el índice de masa corporal (IMC) y que culpa al peso como causante de todo malestar por el que acuden a la consulta.
Además, apuntan a la idea de que la obesidad no es una enfermedad, sino un factor de riesgo (así lo define la OMS) considerando que las patologías asociadas pueden darse en todo tipo de cuerpo. En sus propias palabras: “Obesidad es la palabra que usa la medicina para patologizar nuestra existencia, cuando simplemente es una realidad corporal distinta”.
También, denuncian los intereses económicos tras este enfoque, citando como ejemplo lo acaecido en el año 1998 cuando el Instituto Nacional de Salud de los Estados Unidos cambió los criterios que definían, con base en el IMC, cuál era el "peso saludable" y en qué resultado empezaba el "sobrepeso". Dicho cambio en la línea de corte se usó exclusivamente para que las compañías aseguradoras pudiesen sacar mayor beneficio económico a las personas que, de un día para el otro, y sólo por el cambio de criterio, fueron diagnosticadas con sobrepeso: 29 millones de personas en EUA.
Entre sus reivindicaciones está que presuponer malos hábitos de salud por el hecho de ser gordo es un prejuicio gordofóbico y que la prescripción de adelgazamiento modificando la conducta no garantiza salud y que, incluso, puede ocasionar graves consecuencias en la salud física y mental como trastornos de la conducta alimentaria, efectos secundarios de las cirugías bariátricas, entre otros.
Además, promulgan que la salud puede darse en todo tipo de cuerpo, que las recomendaciones médicas para llevar una vida saludable se deberían dar con independencia del tamaño corporal ya que las personas pueden mejorar su estado de salud sin necesidad de perder peso.
Si bien es cierto que existen enfoques de salud no peso centristas (Salud en todas las tallas (HAES, por sus siglas en inglés) o Well Now, entre otros, están más extendidas en países anglosajones.
Un ejemplo de ello es la reciente guía de la sanidad canadiense sobre obesidad que deja de basarse en el IMC como único factor de salud, considerando la posibilidad de salud en cualquier tamaño de cuerpo.
La guía también reconoce la estigmatización de las personas gordas por el sistema médico y por la sociedad en general.
Según define la guía sobre la gordofobia publicada por el Instituto Canario de Igualdad, la gordofobia es el odio, rechazo y violencia que sufren las personas gordas por el hecho de ser gordas. Sería un sistema de opresión, que pone a las personas gordas en una situación de desventaja, injusticia y exclusión, y que se reproduce de forma sistemática y estructural.
Esto significa, según la propia guía, que la podemos encontrar en todas partes y funciona de forma automática, normalizada y sin ser cuestionada. Hallamos gordofobia en las instituciones sociales, en nuestras costumbres, en la política, en la cultura, en la ciencia, en nuestras familias, amistades, en la calle y, como reivindica este grupo de activistas, en el médico. Esta discriminación produce graves trastornos físicos y emocionales e incluso la muerte en personas que sufren un sistema que discrimina, victimiza y rechaza de pleno los cuerpos considerados gordos.
