Torreón, Coahuila.- El Escritorio Público del Mercado Juárez, fundado por la señora Guadalupe Pérez hace 50 años y desde hace 20 años atendido por su hija Hermelinda Ávila, es de los pocos en su tipo que existen en esta ciudad y quizá en la Comarca Lagunera, al tratarse de un negocio en franca decadencia desde hace tiempo, con la llegada de las computadoras y equipos modernos.
“Realmente ya es muy poco lo que se pide con la máquina de escribir, incluso yo también ya hago escritos con computadora porque es lo que más se encarga, además, casi no hay lugares en donde arreglar las máquinas de antes si presentan alguna falla”, mencionó Hermelinda.
La entrevistada recordó que fue en los 90s cuando todavía tenían mucho trabajo con las máquinas de escribir, mencionando que incluso venían al Escritorio Público que hoy maneja comisariados ejidales para hacerles algún escrito de sus tierras, de propiedades, alguna acta que les interesara y que después iban y la sellaban con un notario público.
“Fue una época muy bonita cuando la máquina de escribir era un aparato muy solicitado, pero ya pasaron los años y hoy todo es muy moderno, hay computadoras, tablet, celulares, hay mucha tecnología y esto de la máquina de escribir tiende a desaparecer, en algunos años ya solo serán recuerdos de generaciones de antaño”, dijo con nostalgia Doña Hermelinda.
Hace unos 20 años atrás, cuando había bastante trabajo, era por parte de las escuelas de donde tenían muchos encargos “y muchos alumnos venían a que les ayudáramos, teníamos muchos pedidos, principalmente los fines de semana, hasta para hacer cartas éramos solicitados, pero eso ya se acabó, el uso de la máquina de escribir ya se quedó en el pasado, ahora todo es por computadora”.
Una situación que se enfrenta desde hace tiempo con las máquinas de escribir, es que no hay casi lugares o talleres en los que se puedan llevar a arreglarlas o darles mantenimiento:
“Para las reparaciones sí se batalla mucho, porque casi no hay gente que arregla las máquinas de escribir de antes, ya muchas piezas que se tenían que cambiar no hay, como las cintas con la tinta ya no se consiguen, sí hay, pero las consigue uno con mucha dificultad, aquí en Torreón yo sé de un señor grande que se pone por la Zaragoza, entre la Morelos y la Matamoros, él se ha dedicado por muchos años a arreglarlas, pero es la misma situación para él, si ya casi no se usan, pues tiene poca clientela”.