En la ciudad de Torreón, un evento que pasó desapercibido para muchos, resuena como un emotivo homenaje al inolvidable "ídolo de Guamúchil", Pedro Infante.
Hace unos años, específicamente en 2007, la localidad se unió en un tributo que tuvo como punto cumbre la revelación de una majestuosa escultura de bronce en honor al icónico actor y cantante mexicano. Aquí te contamos más detalles sobre esta obra de arte que perpetúa la memoria de Pedro Infante.
La escultura, concebida por el talentoso artista José Luis Padilla, marcó el inicio de 15 días dedicados al legendario Pedro Infante con motivo del 50 aniversario de su fallecimiento. La ceremonia de inauguración tuvo lugar un domingo 12 de abril de 2007, junto al Teatro del Parque Fundadores, y contó con el respaldo de destacadas personalidades, como Gabriela Nava, entonces titular de la Dirección de Cultura; Antonio Burillo, presidente del Patronato Promotor de la Cultura y Servicios Públicos Asistenciales (Papro); y Donaldo Ramos, otro colaborador del Papro.
La obra, moldeada en bronce y con una altura imponente de 2.20 metros, fue encargada por el Papro al talentoso artista originario de Michoacán. El día de la revelación, la ciudad se llenó de música y nostalgia, con la participación de cantantes locales, mariachis y la proyección de películas emblemáticas del artista, presidida por el alcalde de Torreón ante la presencia de aproximadamente 700 personas.
Pedro Infante tenía un lazo especial con Torreón, donde solía disfrutar de extensas temporadas vacacionales, ganándose el cariño y el reconocimiento de los lugareños. El homenaje no solo incluyó la escultura, sino también actuaciones de cantantes laguneros, la participación de Lupita Torrentera y Lupita Infante, esposa e hija del legendario cantante, y proyecciones al aire libre de las mejores películas de Pedro Infante en el Parque Fundadores.
El programa conmemorativo, que buscó revivir la esencia de Pedro Infante, se convirtió en un evento inolvidable que destacó la conexión perdurable entre el ídolo y la comunidad torreonense. La escultura, testigo mudo de aquel tributo, sigue siendo un recordatorio tangible de la influencia eterna de Pedro Infante en la ciudad que lo acogió con cariño.