Llevar a los infantes con el médico por lo menos dos veces al año para su revisión clínica ayuda a detectar padecimientos como diabetes, que, si no es controlada a tiempo, puede derivar en complicaciones graves y condicionar alteraciones en el crecimiento y desarrollo.
La información al respecto la compartió el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Coahuila ocasión de la celebración del Día de la Niña y el Niño.
Al respecto, la doctora Myrna del Toro Sandoval, médico familiar y educadora en diabetes, indicó que antes era común que en infantes se presentará la diabetes tipo 1, la cual ocasiona que el organismo ya no genere insulina. Dijo que cuando esto ocurre se manifiesta súbitamente y origina la pérdida de peso de forma repentina, así como el aumento de sed, cansancio, disminución del apetito, aumento en orinar, incluso, hay pacientes que por las noches mojan la cama; también puede haber bajo rendimiento escolar.
En el caso de la diabetes tipo 2, sólo se diagnosticaba en adultos, pero ahora también afecta a niñas y niños, puesto que la obesidad es un factor que incrementa la probabilidad de desarrollarla, sobre todo, porque los antecedentes familiares de diabetes aumentan el riesgo de padecerla.
En el 2023, el IMSS Coahuila registró mil 221 casos de diabetes en población de 0 a 17 años, siendo la tipo 1 la de mayor prevalencia; 730 de los registros, correspondieron a mujeres y 491 a hombres.
Por tanto, Del Toro Sandoval destacó la relevancia de poner atención al comportamiento de los menores, ya que si su detección no es oportuna, puede derivar en una cetoacidosis diabética, la cual ocurre cuando el cuerpo no tiene suficiente insulina para permitir que la glucosa en la sangre ingrese a las células para convertirse en energía.
“Como consecuencia, el hígado descompone grasa para obtener energía, un proceso que produce ácidos llamados cetonas y que puede poner en riesgo la vida del paciente”, agregó.
Invitó a adoptar hábitos saludables en familia, como evitar en los menores el consumo de bebidas con azúcares añadidos, como gaseosas, jugos industrializados y enlatados; acudir al Control de la Niña y el Niño Sano con el médico familiar, toda vez que en estas visitas se evalúa el crecimiento, aumento en peso y su desarrollo.
Fomentar a partir de los 4 años la realización de actividad física dos o tres veces por semana, ya que ayuda al desarrollo neurológico y a controlar de manera adecuada su crecimiento.
Por último, la doctora reiteró que una alimentación sana y balanceada es el eje principal para la prevención de enfermedades, entre ellas la diabetes, por lo que insistió en el llamado a las madres y padres de familia para que los alimentos que se consuman en el hogar sean sanos y aporten nutrientes a las y los pequeños del hogar.
