Entre las muchas preguntas que siguen desconcertando a la comunidad científica es si estamos solos en el universo. Dentro de las muchas posibilidades resalta la duda de ¿por qué la humanidad nunca ha sido visitada por extraterrestres? Un grupo de astro biólogos compartieron una inquietante respuesta.
Se trata de dos astro biólogos quienes creen tener la respuesta: las civilizaciones extraterrestres, como en la tierra, surgen y desaparecen, por lo que podrían estar condenadas a estancarse o morir antes de tener oportunidad.
La nueva hipótesis sugiere que cualquier especie que avance lo suficiente como para hacerse con el control de un planeta y expandirse por el espacio probablemente se enfrente a una serie de dilemas existenciales similares en su supervivencia.
Así, a medida que las civilizaciones espaciales crecen en escala y desarrollo tecnológico, acaban llegando a un punto de crisis en el que la innovación ya no sigue el ritmo de la demanda de energía. Lo que viene después es el colapso, perdiendo entonces la oportunidad de visitar nuevos mundos.
En otras palabras, las civilizaciones "más sabias" que reconocen los peligros pueden prosperar indefinidamente, pero sin expandirse lo suficiente como para llegar a nosotros, mientras que otras se colapsan y no logran establecer contacto.
¿Qué es la paradoja de Fermi?
La teoría, publicada en la revista Royal Society Open Science, apunta a la Paradoja de Fermi, basada en las reflexiones de ganador del Nobel Enrico Fermi, el cual se pregunta por qué, teniendo en cuenta que hay entere 200, 000 y 400 000 millones de estrellas y almenos 100 000 millones de planetas en nuestra galaxia, no ha habido señales de vida extraterrestre.
"Las civilizaciones se colapsan por el agotamiento o se reorientan para dar prioridad a la homeostasis, un estado en el que la expansión cósmica ya no es un objetivo, lo que dificulta su detección a distancia", escribieron en el estudio los astrobiólogos Michael Wong, de la Institución Carnegie para la Ciencia, y Stuart Bartlett, del Instituto Tecnológico de California.
Ambos analizaron estudios anteriores que han demostrado que las ciudades crecen de forma "superlineal", a un ritmo más rápido que el lineal, gracias a su naturaleza social. Este crecimiento conduce inevitablemente a puntos de crisis, o singularidades, que provocan rápidos descensos en el crecimiento, seguidos de un colapso aún más precipitado, que podría poner fin a la civilización.
Desde este punto de vista, las civilizaciones que no alcanzan ese despertar acaban demasiado ocupadas, enfrentándose a un "agotamiento asintótico", una crisis final en la que la escala de tiempo del intervalo de singularidad se hace más pequeña que la escala de tiempo de la innovación", escribieron.
Los investigadores subrayan, sin embargo, que su estudio no es más que una hipótesis, y que se necesitan más investigaciones para demostrar su teoría. Según afirman, sus conclusiones son extraídas de la observación de las leyes que parecen regir la vida en la Tierra, y está diseñada para "provocar el debate, la introspección y el trabajo futuro".
