En el vasto y diverso universo gastronómico de México, el Cabrito al Pastor emerge como un tesoro culinario, una exquisitez que deleita paladares y representa una tradición arraigada en el estado de Coahuila, más específicamente en su capital, Saltillo.
Aunque comúnmente se asocia al Cabrito con Monterrey como su cuna gastronómica, es en Saltillo donde verdaderamente encuentra sus raíces. La fusión multicultural de tlaxcaltecas, libaneses, portugueses y españoles, que se establecieron en la región, contribuyó a forjar una herencia gastronómica única para este estado.
El Cabrito, protagonista de la mesa coahuilense, tiene su origen en la cocina de inmigrantes de Tlaxcala hacia el noreste de México durante la época colonial. Estos grupos, influidos por prácticas de cría de cabritos aprendidas de migrantes judíos y portugueses, introdujeron la preparación del cabrito asado a las brasas, sentando así las babasteciendo a los reconocidos restaurantes de Monterrey, la "Ciudad del Cabrito".
La región sureste del estado, especialmente el ejido Santa Eulalia en el municipio de Zaragoza, destaca como el epicentro de la producción de cabritos de la mejor calidad, Para que un cabrito sea considerado de óptima calidad, debe cumplir con ciertos estándares: ser una cría de cabra de entre 28 y 40 días de edad, alimentada exclusivamente con leche materna. Esta temprana edad asegura que el animal aún no haya comenzado a consumir otro tipo de alimento, permitiendo que su carne mantenga su sabor distintivo.
El proceso de preparación del Cabrito al Pastor es todo un arte culinario. Según cuenta la leyenda, la técnica nació de la necesidad y creatividad de un pastor que, lejos de casa y con hambre, encontró en la muerte accidental de un cabrito la oportunidad de saciar su apetito. Con un cuchillo y una vara, cocinó el animal sobre las brasas, dando origen a esta delicia que ahora es un emblema de la gastronomía norteña.
La relevancia del Cabrito para Coahuila es tal que incluso fue inmortalizado en los billetes de lotería emitidos por la Lotería Nacional, como parte de la celebración del 65 aniversario de la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac).
El Cabrito al Pastor no es solo un plato, es una manifestación cultural y un legado culinario que trasciende generaciones, recordándonos la riqueza de las tradiciones gastronómicas de México y el papel fundamental que juega Coahuila en este universo culinario.