/ lunes 19 de agosto de 2019

La Catástrofe que no ocurrió

Me sorprendió el grado de intolerancia, falta de ética, adjetivos dados de formas inusuales y aventuradas; lo que no me sorprendió fue que una catástrofe anunciada no se consumó.

Los pronósticos arrojados de forma aventurada y sin argumentos vislumbraban un fracaso –para los expertos en materia de religión, teología, filosofía y sociólogos- en vísperas de la celebración más importante, para la Asociación Religiosa, La luz del Mundo, y una de las más concurridas en México y Latinoamérica: La Santa Convocación 2019. La catástrofe que no ocurrió.

Uno de los expertos en materia de religión, es sin duda Bernardo Barranco, que en repetidas ocasiones vertió un término y un calificativo sobre la situación que vive esta denominación evangélica. Dijo que “atravesaba por una crisis”, y aunque propiamente no pronosticó una “catástrofe” en vísperas de la Santa Convocación, sus análisis y el de otros más herraron. A priori, un buen grupo de periodistas que aparecen todos los días en cadena nacional también herraron y sus diagnósticos –muy mal calculados- fallaron. La Santa Convocación fue todo un éxito. El Ministerio de Comunicación Social, informó que arrojó un saldo blanco y una derrama económica para el Estado de Jalisco de por lo menos 300 mdd.

Algo no cuadra. Para los agnósticos o ateos por supuesto que no cuadra. Para la sociedad en su conjunto, tampoco cuadra. Porque esto atraviesa las fronteras de la fe, va inmerso como el ADN en cada ser humano a través de lo que –para los de La luz del Mundo- pregona y ha mostrado al mundo Naasón Joaquín García en sus casi 5 años al frente de la Asociación Religiosa que más ha crecido en este período de tiempo.

La Santa Convocación reunió a poco más de 600 mil fieles de La Luz del Mundo, se registraron alrededor de 40 mil bautismos de junio a la fecha, convocó a prensa nacional y del extranjero –obviamente buscaban la nota amarillista del posible fracaso- y lo más sorprendente para propios y extraños es que pese a la ausencia física de quien los dirige, el orden y la disciplina se mantuvo intacta. La autoridad apostólica como es aceptada por esta AR estuvo latente desde el 01 de agosto hasta el último día de actividades en la colonia Hermosa Provincia, al oriente de la Perla Tapatía.

Varios colegas con los que compartí la cobertura de este fenómeno religioso y de índole social, reconocieron que estaban gratamente sorprendidos, tenían otro concepto de La Luz del Mundo, quizás imaginaban que era una especie de muralla impenetrable, una oligarquía de cerrazón impregnada de intolerancia hacia quienes no pertenecen al mismo credo; quizás imaginaban lo peor. Pero no fue así, descubrieron que en este grupo religioso las puertas abiertas son un común denominador para quienes visitan la colonia, para quienes apegados a la ética periodística y profesionalismo reportan y escriben lo que observan sin el afán de alterar la realidad.

Retomaré las palabras de Eliezer Gutiérrez Avelar respecto al movimiento religioso en esta zona de Guadalajara en el que van dela mano Gobierno y sociedad en conjunto:

“En esta reunión no importa el color de la piel, ni el acento de lenguaje, ni mucho menos la posición económica, este es un auténtico banquete fraterno, un verdadero “agape” en el sentido bíblico, es un sentimiento de fe, como creyentes que somos del mensaje bíblico, los que venimos a este banquete, esperamos que aquel que un día se marchó, un día volverá, pero entre tanto cada instante en el que nos unimos en su recuerdo de él, seguimos manteniendo, predicando y asumiendo sus valores, con pleno respeto a las instituciones y las creencias de quienes opinan diferente, seguimos comprometidos con su mensaje aquel que nos invita no solo a ser buenos cristianos, sino también buenos ciudadanos”.

Me sorprendió el grado de intolerancia, falta de ética, adjetivos dados de formas inusuales y aventuradas; lo que no me sorprendió fue que una catástrofe anunciada no se consumó.

Los pronósticos arrojados de forma aventurada y sin argumentos vislumbraban un fracaso –para los expertos en materia de religión, teología, filosofía y sociólogos- en vísperas de la celebración más importante, para la Asociación Religiosa, La luz del Mundo, y una de las más concurridas en México y Latinoamérica: La Santa Convocación 2019. La catástrofe que no ocurrió.

Uno de los expertos en materia de religión, es sin duda Bernardo Barranco, que en repetidas ocasiones vertió un término y un calificativo sobre la situación que vive esta denominación evangélica. Dijo que “atravesaba por una crisis”, y aunque propiamente no pronosticó una “catástrofe” en vísperas de la Santa Convocación, sus análisis y el de otros más herraron. A priori, un buen grupo de periodistas que aparecen todos los días en cadena nacional también herraron y sus diagnósticos –muy mal calculados- fallaron. La Santa Convocación fue todo un éxito. El Ministerio de Comunicación Social, informó que arrojó un saldo blanco y una derrama económica para el Estado de Jalisco de por lo menos 300 mdd.

Algo no cuadra. Para los agnósticos o ateos por supuesto que no cuadra. Para la sociedad en su conjunto, tampoco cuadra. Porque esto atraviesa las fronteras de la fe, va inmerso como el ADN en cada ser humano a través de lo que –para los de La luz del Mundo- pregona y ha mostrado al mundo Naasón Joaquín García en sus casi 5 años al frente de la Asociación Religiosa que más ha crecido en este período de tiempo.

La Santa Convocación reunió a poco más de 600 mil fieles de La Luz del Mundo, se registraron alrededor de 40 mil bautismos de junio a la fecha, convocó a prensa nacional y del extranjero –obviamente buscaban la nota amarillista del posible fracaso- y lo más sorprendente para propios y extraños es que pese a la ausencia física de quien los dirige, el orden y la disciplina se mantuvo intacta. La autoridad apostólica como es aceptada por esta AR estuvo latente desde el 01 de agosto hasta el último día de actividades en la colonia Hermosa Provincia, al oriente de la Perla Tapatía.

Varios colegas con los que compartí la cobertura de este fenómeno religioso y de índole social, reconocieron que estaban gratamente sorprendidos, tenían otro concepto de La Luz del Mundo, quizás imaginaban que era una especie de muralla impenetrable, una oligarquía de cerrazón impregnada de intolerancia hacia quienes no pertenecen al mismo credo; quizás imaginaban lo peor. Pero no fue así, descubrieron que en este grupo religioso las puertas abiertas son un común denominador para quienes visitan la colonia, para quienes apegados a la ética periodística y profesionalismo reportan y escriben lo que observan sin el afán de alterar la realidad.

Retomaré las palabras de Eliezer Gutiérrez Avelar respecto al movimiento religioso en esta zona de Guadalajara en el que van dela mano Gobierno y sociedad en conjunto:

“En esta reunión no importa el color de la piel, ni el acento de lenguaje, ni mucho menos la posición económica, este es un auténtico banquete fraterno, un verdadero “agape” en el sentido bíblico, es un sentimiento de fe, como creyentes que somos del mensaje bíblico, los que venimos a este banquete, esperamos que aquel que un día se marchó, un día volverá, pero entre tanto cada instante en el que nos unimos en su recuerdo de él, seguimos manteniendo, predicando y asumiendo sus valores, con pleno respeto a las instituciones y las creencias de quienes opinan diferente, seguimos comprometidos con su mensaje aquel que nos invita no solo a ser buenos cristianos, sino también buenos ciudadanos”.