/ jueves 16 de noviembre de 2023

Circo, maroma y teatro en la política nacional

“Lo que suelen llaman pasiones

políticas, suelen no ser más

que pasiones vulgares”

Jaime Balmes

Lo que ocurre actualmente en el escenario político nacional, es sólo lo que suele ocurrir hacia el final de cada sexenio: “Circo, maroma y teatro”, igual; si acaso con cambios de trapecistas, payasos y domadores.

Cierto es que hoy las pistas circenses son diferentes a las que nos tenían acostumbrado en sexenios pasados, pero el espectáculo que nos ofrecen sus actores es siempre el mismo, con ligeras variantes.

Vayamos por partes. Siempre habrá un director del circo, así sea que dé o no la cara a la hora de elegir al que lo deberá suplir, pues siempre ha sido costumbre en nuestra democracia que él decide quién es el que mejor conviene al país (eufemísticamente hablando).

Los trapecistas, por su parte, aparentemente, deciden saltar por su propia voluntad, aunque no siempre serán aceptados por quienes habrán de recibirlos al otro lado del trapecio. Los payasos y los domadores, en cambio, trabajan por designación directa de los que mueven las marionetas, según la pista de que se trate.

Cada área (partido político) tiene su nomenclatura, pero en ocasiones aceptan coaligarse con otra organización, cuando así creen convenir a sus intereses.

El actual dueño y director del circo, dijo haber cedido el “bastón de mando” político a quien supuestamente recibió las preferencias de quienes pertenecen a su movimiento, como resultado de una supuesta encuesta interna, pero ya se ha visto que hay decisiones que se siguen dando “desde arriba” e incluso en contra de lo dispuesto por quien ahora tiene el control político.

Lo anterior ocurre en la pista principal, la oficialista, pero en la opuesta (donde se trabaja en forma diferente, mancomunada con fuerzas políticas y poderes fáticos), pues así pretenden ganar las elecciones presidenciales de 2024, llevando como candidata a una multifacista mujer.

Hubo en 2022 un trabajo previo de “laboratorio político” por parte del partido oficialista, al llevarse a cabo elecciones gubernamentales en dos entidades federativas: el Estado de México y Coahuila, con unos resultados aparentemente democráticos, que en realidad fueron pactados entre los líderes de las principales fuerzas políticas, de tal manera que se garantizara el triunfo de la candidata de Edomex, así se perdieran los comicios en nuestra entidad, pues de esa manera tuvieron un mayor número de sufragios asegurados en las próximas elecciones presidenciales.

Hasta ahora no hemos identificado a los partidos que comentamos, pero es fácil adivinar de cuáles se trata, pues es de sobra conocido que el oficialismo está en manos del llamado Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), mientras que la oposición la encabezan coaligadamente el Partido Acción Nacional (PAN), el Partido Revolucionario Institucional (PRI), y el Partido de la Revolución Democrática (PRD). Cierto es que Morena cuenta con el apoyo de dos “partidos satélites”, el Partido del Trabajo (PT) y el llamado Partido Verde Ecologista de México (PVEM).

Todo parece indicar que con algunos tropiezos de Claudia Sheinbaum, precandidata del partido oficialista, lleva cierta ventaja en las preferencias electorales, según las mediciones de las empresas encuestadoras, aunque sin menospreciar a Xóchitl Gálvez, candidata del llamado Frente Amplio por México, que integran coaligadamente PAN, PRI, PRD, quien tiene un buen número de seguidores.

Recientemente Morena realizó la selección de los candidatos de los nueve estados en los que se renovará a sus gobernadores, en igual fecha que la del Ejecutivo Federal, en 2024, que por decisión del Instituto Nacional Electoral (INE), cuatro deberán ser candidatas y cinco candidatos, en función de la paridad de género.

Resultaron designados por supuesta mayoría: Clara Brugada, para la buscar la jefatura de la CDMX, y pretendiendo ser gobernador de su entidad: Eduardo Ramírez, para Chiapas; Alma Alcaraz, en Guanajuato; Claudia Delgadillo, en Jalisco; Margarita González, en Morelos; Alejandro Armenta, en Puebla; Javier May Rodríguez, en Tabasco; Rocío Nahle, en Veracruz, y Huacho Díaz Mena, en Yucatán. La oposición, hasta el momento de redactar esta colaboración, todavía no se había pronunciado por sus respectivos candidatos a gobernador, lo cual seguramente ocurrirá en breve.

Desde siempre, nuestra intención no es pronunciarnos por algunos de los candidatos para las elecciones presidenciales, y mucho menos para las de los estados, pues es decisión de cada quien elegir al de su predilección.

¡Hasta la próxima!

“Lo que suelen llaman pasiones

políticas, suelen no ser más

que pasiones vulgares”

Jaime Balmes

Lo que ocurre actualmente en el escenario político nacional, es sólo lo que suele ocurrir hacia el final de cada sexenio: “Circo, maroma y teatro”, igual; si acaso con cambios de trapecistas, payasos y domadores.

Cierto es que hoy las pistas circenses son diferentes a las que nos tenían acostumbrado en sexenios pasados, pero el espectáculo que nos ofrecen sus actores es siempre el mismo, con ligeras variantes.

Vayamos por partes. Siempre habrá un director del circo, así sea que dé o no la cara a la hora de elegir al que lo deberá suplir, pues siempre ha sido costumbre en nuestra democracia que él decide quién es el que mejor conviene al país (eufemísticamente hablando).

Los trapecistas, por su parte, aparentemente, deciden saltar por su propia voluntad, aunque no siempre serán aceptados por quienes habrán de recibirlos al otro lado del trapecio. Los payasos y los domadores, en cambio, trabajan por designación directa de los que mueven las marionetas, según la pista de que se trate.

Cada área (partido político) tiene su nomenclatura, pero en ocasiones aceptan coaligarse con otra organización, cuando así creen convenir a sus intereses.

El actual dueño y director del circo, dijo haber cedido el “bastón de mando” político a quien supuestamente recibió las preferencias de quienes pertenecen a su movimiento, como resultado de una supuesta encuesta interna, pero ya se ha visto que hay decisiones que se siguen dando “desde arriba” e incluso en contra de lo dispuesto por quien ahora tiene el control político.

Lo anterior ocurre en la pista principal, la oficialista, pero en la opuesta (donde se trabaja en forma diferente, mancomunada con fuerzas políticas y poderes fáticos), pues así pretenden ganar las elecciones presidenciales de 2024, llevando como candidata a una multifacista mujer.

Hubo en 2022 un trabajo previo de “laboratorio político” por parte del partido oficialista, al llevarse a cabo elecciones gubernamentales en dos entidades federativas: el Estado de México y Coahuila, con unos resultados aparentemente democráticos, que en realidad fueron pactados entre los líderes de las principales fuerzas políticas, de tal manera que se garantizara el triunfo de la candidata de Edomex, así se perdieran los comicios en nuestra entidad, pues de esa manera tuvieron un mayor número de sufragios asegurados en las próximas elecciones presidenciales.

Hasta ahora no hemos identificado a los partidos que comentamos, pero es fácil adivinar de cuáles se trata, pues es de sobra conocido que el oficialismo está en manos del llamado Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), mientras que la oposición la encabezan coaligadamente el Partido Acción Nacional (PAN), el Partido Revolucionario Institucional (PRI), y el Partido de la Revolución Democrática (PRD). Cierto es que Morena cuenta con el apoyo de dos “partidos satélites”, el Partido del Trabajo (PT) y el llamado Partido Verde Ecologista de México (PVEM).

Todo parece indicar que con algunos tropiezos de Claudia Sheinbaum, precandidata del partido oficialista, lleva cierta ventaja en las preferencias electorales, según las mediciones de las empresas encuestadoras, aunque sin menospreciar a Xóchitl Gálvez, candidata del llamado Frente Amplio por México, que integran coaligadamente PAN, PRI, PRD, quien tiene un buen número de seguidores.

Recientemente Morena realizó la selección de los candidatos de los nueve estados en los que se renovará a sus gobernadores, en igual fecha que la del Ejecutivo Federal, en 2024, que por decisión del Instituto Nacional Electoral (INE), cuatro deberán ser candidatas y cinco candidatos, en función de la paridad de género.

Resultaron designados por supuesta mayoría: Clara Brugada, para la buscar la jefatura de la CDMX, y pretendiendo ser gobernador de su entidad: Eduardo Ramírez, para Chiapas; Alma Alcaraz, en Guanajuato; Claudia Delgadillo, en Jalisco; Margarita González, en Morelos; Alejandro Armenta, en Puebla; Javier May Rodríguez, en Tabasco; Rocío Nahle, en Veracruz, y Huacho Díaz Mena, en Yucatán. La oposición, hasta el momento de redactar esta colaboración, todavía no se había pronunciado por sus respectivos candidatos a gobernador, lo cual seguramente ocurrirá en breve.

Desde siempre, nuestra intención no es pronunciarnos por algunos de los candidatos para las elecciones presidenciales, y mucho menos para las de los estados, pues es decisión de cada quien elegir al de su predilección.

¡Hasta la próxima!