/ lunes 4 de julio de 2022

Jonás, el joven que custodia un tinaco en Nuevo León: una historia por la escasa agua

Jonas se rehúsa a moverse hasta que lleguen técnicos, su objetivo: evitar se desperdicie la escasa agua que hay en Nuevo León

García, Nuevo León.- Un joven menor de 20 años de edad, con apariencia tímida, de la colonia Villas de Alcali, quien se identificó como Jonás, se ha convertido desde hace días en el vigilante de un tinaco de 10 mil litros de agua al que no se le puede sacar el líquido porque tiene desperfectos en sus llaves dispensadoras.

Vestido con pantaloncillo corto, playera y zapatos tenis, desafía las altas temperaturas y el polvo que invade las calles, avivado por el viento; no se separa del tinaco instalado en un parque hasta donde llega un ‘pipero’, pero le dice que está inservible la llave, que hay agua dentro del mismo, pero “no sale”.

Te recomendamos: Escasez de agua: Nuevo León se quedó con La Boca seca

“Si se les mueve más a las llaves se tirará; están inservibles”, señala Jonás mientras cubre con su cuerpo y su mano las llaves del tinaco, como evitando que la gente se acerque en busca del líquido.

Los vecinos observan a unos metros la escena con Jonás. “Hace tres días que está así. Cuando lo trajeron, la gente se apresuró y lo rodaron por el piso; le afectaron las conexiones, en las llaves; casi se desprende este tubo”, señala Jonás y reprocha que la gente se haya adelantado a los técnicos que saben de su instalación.

Jonas se rehúsa a dejar de cuidar el tinaco. / Foto: Luis Sandoval | El Sol de La Laguna

“Aquí estoy trabajando, cuidando, para que nadie lo quiera abrir y se tire el agua, pero también para que no vengan los muchachos a vandalizar”, explica el joven.

Jonás estará ahí hasta que lleguen los técnicos de la empresa de agua y drenaje de Monterrey a reparar las conexiones, pero no sabe cuándo será eso porque —dice— le han comentado los ‘piperos’ que tienen mucho trabajo por toda la ciudad.

Conocedor de su colonia, envía a los vecinos calles más adelante donde hay otro tinaco que surte el agua. Luego trata de buscar una sombra para cubrirse del sol. Más tarde regresa a cuidar el tinaco.

“Aquí estoy trabajando. Los vecinos saben qué cuido. No queremos perder el agua que está adentro. Vamos a esperar para salvarla”, insiste.

Jonás siempre se queda solo en el lugar, nadie lo acompaña; pareciera que los vecinos se esfumaron. El tinaco está inservible temporalmente y todos se fueron a buscar agua a otro lado.

García, Nuevo León.- Un joven menor de 20 años de edad, con apariencia tímida, de la colonia Villas de Alcali, quien se identificó como Jonás, se ha convertido desde hace días en el vigilante de un tinaco de 10 mil litros de agua al que no se le puede sacar el líquido porque tiene desperfectos en sus llaves dispensadoras.

Vestido con pantaloncillo corto, playera y zapatos tenis, desafía las altas temperaturas y el polvo que invade las calles, avivado por el viento; no se separa del tinaco instalado en un parque hasta donde llega un ‘pipero’, pero le dice que está inservible la llave, que hay agua dentro del mismo, pero “no sale”.

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Los vecinos observan a unos metros la escena con Jonás. “Hace tres días que está así. Cuando lo trajeron, la gente se apresuró y lo rodaron por el piso; le afectaron las conexiones, en las llaves; casi se desprende este tubo”, señala Jonás y reprocha que la gente se haya adelantado a los técnicos que saben de su instalación.

Jonas se rehúsa a dejar de cuidar el tinaco. / Foto: Luis Sandoval | El Sol de La Laguna

“Aquí estoy trabajando, cuidando, para que nadie lo quiera abrir y se tire el agua, pero también para que no vengan los muchachos a vandalizar”, explica el joven.

Jonás estará ahí hasta que lleguen los técnicos de la empresa de agua y drenaje de Monterrey a reparar las conexiones, pero no sabe cuándo será eso porque —dice— le han comentado los ‘piperos’ que tienen mucho trabajo por toda la ciudad.

Conocedor de su colonia, envía a los vecinos calles más adelante donde hay otro tinaco que surte el agua. Luego trata de buscar una sombra para cubrirse del sol. Más tarde regresa a cuidar el tinaco.

“Aquí estoy trabajando. Los vecinos saben qué cuido. No queremos perder el agua que está adentro. Vamos a esperar para salvarla”, insiste.

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