Matamoros, Coahuila. – Óscar Roberto González Silva, mejor conocido como “La Canica”, tenía 35 años de edad, era el mayor de cinco hermanos, originario de Matamoros y domicilio en la colonia Ferrocarril (la vía), del mismo municipio.
Su papá radica en Estados Unidos, su mamá falleció en abril del 2019, tenía un bebé con su actual pareja y otros dos niños con su primera señora, contó a El Sol de La Laguna su “cuñao”, quien también era su compadre.
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“Trabajaba lavando tráileres y a lo que saliera, como vendiendo melón y sandía, pero le hacía a todo, pues también trabajó en maquilas. Era un chavo al que le quedaba mucha vida por delante, era muy amigable y muy querido por todos”.
“Recuerdo que el pasado Año Nuevo estábamos en mi casa, celebrando, ebrios, con una fogata, pero se acabó la madera y le echamos el estéreo en el que escuchábamos música, para que siguiera la lumbre”.
Esa noche de festejo por la llegada del 2023, “La Canica” le dijo a su “cuñao” que, si algún día llegara a faltar, respondiera por su hijo como su padre.
“Y yo le dije lo mismo, porque era mi compadre, pues yo bauticé a su hijo y él al mío. Por eso se me quedó muy marcado, que me pidió echarle la mano, que fuera el segundo padre para su hijo, mi sobrino”.
La madrugada del viernes 4 de agosto, alrededor de las 2:30 horas, una camioneta chocó contra el muro de un expendio de cerveza sobre la carretera Matamoros – La Partida, debido al impacto, también cayó sobre el vehículo un poste de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), con todo y transformador.
Tres hombres y tres mujeres, habían salido de una fiesta en el Rancho Maravillas, por el ejido 20 de Noviembre, cuando a su regreso tronó una de las llantas delanteras, lo que provocó que la unidad saliera del camino, con los resultados antes descritos.
“De los seis, mi cuñado-compadre fue el único que falleció. Quedó prensado en la camioneta. Las tres muchachas y los dos chavos sobrevivieron, aunque, a lo que tengo enterado, uno de ellos quedó muy mal”.
Tardaron más de tres horas en sacar el cuerpo de Óscar, pues, prácticamente, murió aplastado entre su asiento y el del copiloto.
“Es muy feo, porque dejó a tres niños, a mi hermana y a su papá, a mí, pero todo tiene un inicio y un final, y el final de él fue muy trágico”.
“Yo era su ´cuñao´, cuñado no, ´cuñao´ porque así me decía y ahora yo le digo que nos cuide a todos y que aquí voy a estar para el hijo que me encargó”.
“Un fuerte abrazo hasta el cielo ´Canica´, de parte de todo tu barrio. Siempre te recordaremos como el chingón fue fuiste”.