El 8 junio del 2017, hace casi 7 años, la lagunera Rosalinda Valenzuela, maestra de profesión y con maestría, acudió al Hospital Santa Fe para someterse a una cirugía plástica que terminó con severos daños cerebrales que le van deteriorando su vida.
Entró por la mañana y tenía programado terminar a mediodía, ya que le iban a hacer liposucción, cortes de piel, transferencia a glúteo e implantes mamarios, procedimientos que nunca se llevaron a cabo.
Al pasarse de la hora planeada, la paciente salió con cuadros epilépticos y temperatura, a lo que los doctores comentaron que era “normal e iba a despertar”.
Permaneció así durante 24 horas, en la cuales únicamente la sedaban, sin monitorearla, además de que los familiares luego se enteraron que en el quirófano le tuvieron que dar reanimación cardiopulmonar (RCP).
Es por eso que sus familiares, posteriormente, buscaron a un doctor de confianza, quien les reveló que estaba a punto de morir por todo lo que le hicieron en dicho nosocomio.
Ante la gravedad, la trasladaron al Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado (ISSSTE) en Gómez Palacio, donde quedó internada por casi dos meses y la dieron de alta con secuelas como daños en la parte frontal del cerebro, lo cual ya no se regenera.
Su hija, Glenda, comentó que “quedó como una bebé, que si camina, que si se levanta y que come, pero para todo necesita ayuda. Hay que cambiarle pañal, prepararle sus alimentos y decirle qué hacer, pues ya no responde”.
Ante la situación, acudió a El Sol de La Laguna para exigir justicia, pues, aunque se interpuso la denuncia correspondiente, el proceso se ha llenado de anomalías al grado de que no se ha hecho justicia y los responsables están impunes.
“Queremos pedir apoyo para que nos escuchen. Mi mamá fue a una cirugía plástica aquí en Torreón, con dos médicos, un cirujano y un anestesiólogo, que no puedo mencionar sus nombres ya que hay un procedimiento legal, el cual se ha alargado porque durante los primeros años nos dieron ´carpetazo´ en Fiscalía, pero gracias a Dios hace dos años, con el nuevo Ministerio Público que nos pusieron nos ha ayudado muchísimo y así empezó a caminar, poquito, el caso de mi mamá”.
Comentó que, en el primer año de la demanda, ni el médico cirujano ni el anestesiólogo se presentaron a las audiencias, justificándose que andaban de viaje o estaban enfermos.
“Todo ha sido injusticias y pensamos que ha habido dinero de por medio, por el cual esto se ha tardado tantos años”.
En ese contexto, Glenda comentó que el juez Alonso no ha aplicado la ley y menos hecho justicia, pues comenta que faltan pruebas, que están incompletas, que hay que verificar y estudiar más el caso, cuando la carpeta y las evidencias están completas.
“En la última audiencia, el pasado martes, se portó muy grosero conmigo y dijo que no los podía vincular porque la denuncia no la puso mi mamá, cuando él sabe perfectamente que mi mamá no está en condiciones, mi mamá no sabe ni en qué día vive ni que está este proceso legal, pues se le olvida todo, su mente ya no funciona”.
Rosalinda Valenzuela fue docente de la Secundaria Técnica Número 68 en Gómez Palacio, en la Universidad Autónoma del Noreste (UANE), en la Universidad Autónoma de Durango (UAD) Campus Gómez Palacio y en TEC Milenio.
