/ jueves 13 de julio de 2023

Erik, la historia de un lagunero sumergido 18 años en las drogas: el antes y después

Probó 7 tipos de sustancias; el cristal casi le cuesta la vida

Torreón, Coahuila. – A los 12 años, en la esquina de su casa, en la colonia Eduardo Guerra, Erik conoció las drogas, un mundo que casi le cuesta la vida y lo llevó a “tocar fondo”.

Se inició con pequeñas dosis de marihuana y Resistol, pero después probó cocaína, piedra, pastillas y otros solventes como aerosol, hasta que cayó en el cristal.

“También a los 12 empecé a tomar alcohol, pero nunca me emborraché, no fue lo mío. Mi problema son las drogas, desde que las probé, cualquier droga que haya sido, me gustó”.

Trató de ocultar sus adicciones lo más que pudo, pero llegó un momento que era muy evidente por su deterioro físico y su necesidad de “andar en el avión”, además de que su madre lo encontró en pleno consumo.

“A los 15 años mi mamá me vio consumiendo aerosol y me internó en un centro de rehabilitación, fue mi primera vez. Hasta el día de hoy he estado en cinco anexos”.

EL CRISTAL: LO PEOR QUE LE HA PASADO, PENSÓ SUICIDARSE

A sus 18 años, un “camarada” le dijo que había algo nuevo, que se llamaba cristal y que tenía que probarlo, y así fue.

“Es como su nombre lo dice, como pedacitos de cristal, de vidrio, el cual se puede inyectar, inhalar y fumar, y lo puedes hacer con aluminio, con un bote de cerveza o en foco, incluso en cualquier ferretería venden pipas para el cristal”.

A pesar de haber probado siete drogas, al cristal lo califica como “lo peor que le ha pasado”, pues estuvo dominando su vida hasta los 25 años y casi pierde la batalla.

“Lo más feo que recuerdo es que estaba en un cuarto, solo, platicando conmigo mismo de la clase de persona que me había convertido, pues ya había perdido a mi familia y el trabajo, además de la confianza de mis padres, sin un peso en la bolsa, con hambre, desvelado y confundido”.

“Incluso llegué a pensar si seguir viviendo o quitarme la vida. Me sentía muerto en vida, sin sentimientos, ya que tenía metas y sueños en la vida, y luego no”.

ODIÓ A SU FAMILIA POR PEDIR AYUDA, AHORA LO AGRADECE

La última vez que su familia pidió ayuda para anexarlo, al ver como Erik se estaba muriendo, fue cuando tenía 25 años y él se enojó, pero, desde entonces, no han vuelto a drogarse.

“Ahora tengo 28 y estoy limpio, en abstinencia. Ya no estoy enojado, al contrario, gracias a eso mi vida ha cambiado”.

Ahora es más responsable en su casa, tiene trabajo, se levanta temprano, se compró un vehículo y tiene novia.

“Hoy no dependo de una sustancia para que mis emociones estén bien. Por eso hoy comparto mi experiencia, de cómo inició mi consumo e iba en declive mi vida, para decirles que sí hay solución hacia lo que se nos hace imposible”.

CENTRO DE REHABILITACIÓN “TRANSMÍTELO A. C.”

Ubicado en la colonia Campo Nuevo Zaragoza, el Centro de Rehabilitación “Transmítelo A. C.”, es una de las opciones para iniciar un proceso en la búsqueda de una mejor calidad de vida.

“Para nosotros los adictos en consumo excesivo la única alternativa de desintoxicación es a base de un internamiento, aislado de la sociedad, durante un determinado tiempo, aunque el tiempo no determina una recuperación total, pero seis meses como mínimo fue para mí un tiempo de reordenar mi vida y hacer conciencia”.

Y es que, además de dejar las sustancias lícitas e ilegales, el objetivo es impulsarlos a ser mejores hijos, padres, hermanos, trabajadores y personas, en general.

“Y a sanar las heridas, en base a 12 pasos, como el que nos dice que debemos hacer un inventario hacia nosotros mismos, para repasa nuestra vida, desde la infancia, y detectar qué problemas nos llevaron a las adicciones y nos descarrilamos”.

Torreón, Coahuila. – A los 12 años, en la esquina de su casa, en la colonia Eduardo Guerra, Erik conoció las drogas, un mundo que casi le cuesta la vida y lo llevó a “tocar fondo”.

Se inició con pequeñas dosis de marihuana y Resistol, pero después probó cocaína, piedra, pastillas y otros solventes como aerosol, hasta que cayó en el cristal.

“También a los 12 empecé a tomar alcohol, pero nunca me emborraché, no fue lo mío. Mi problema son las drogas, desde que las probé, cualquier droga que haya sido, me gustó”.

Trató de ocultar sus adicciones lo más que pudo, pero llegó un momento que era muy evidente por su deterioro físico y su necesidad de “andar en el avión”, además de que su madre lo encontró en pleno consumo.

“A los 15 años mi mamá me vio consumiendo aerosol y me internó en un centro de rehabilitación, fue mi primera vez. Hasta el día de hoy he estado en cinco anexos”.

EL CRISTAL: LO PEOR QUE LE HA PASADO, PENSÓ SUICIDARSE

A sus 18 años, un “camarada” le dijo que había algo nuevo, que se llamaba cristal y que tenía que probarlo, y así fue.

“Es como su nombre lo dice, como pedacitos de cristal, de vidrio, el cual se puede inyectar, inhalar y fumar, y lo puedes hacer con aluminio, con un bote de cerveza o en foco, incluso en cualquier ferretería venden pipas para el cristal”.

A pesar de haber probado siete drogas, al cristal lo califica como “lo peor que le ha pasado”, pues estuvo dominando su vida hasta los 25 años y casi pierde la batalla.

“Lo más feo que recuerdo es que estaba en un cuarto, solo, platicando conmigo mismo de la clase de persona que me había convertido, pues ya había perdido a mi familia y el trabajo, además de la confianza de mis padres, sin un peso en la bolsa, con hambre, desvelado y confundido”.

“Incluso llegué a pensar si seguir viviendo o quitarme la vida. Me sentía muerto en vida, sin sentimientos, ya que tenía metas y sueños en la vida, y luego no”.

ODIÓ A SU FAMILIA POR PEDIR AYUDA, AHORA LO AGRADECE

La última vez que su familia pidió ayuda para anexarlo, al ver como Erik se estaba muriendo, fue cuando tenía 25 años y él se enojó, pero, desde entonces, no han vuelto a drogarse.

“Ahora tengo 28 y estoy limpio, en abstinencia. Ya no estoy enojado, al contrario, gracias a eso mi vida ha cambiado”.

Ahora es más responsable en su casa, tiene trabajo, se levanta temprano, se compró un vehículo y tiene novia.

“Hoy no dependo de una sustancia para que mis emociones estén bien. Por eso hoy comparto mi experiencia, de cómo inició mi consumo e iba en declive mi vida, para decirles que sí hay solución hacia lo que se nos hace imposible”.

CENTRO DE REHABILITACIÓN “TRANSMÍTELO A. C.”

Ubicado en la colonia Campo Nuevo Zaragoza, el Centro de Rehabilitación “Transmítelo A. C.”, es una de las opciones para iniciar un proceso en la búsqueda de una mejor calidad de vida.

“Para nosotros los adictos en consumo excesivo la única alternativa de desintoxicación es a base de un internamiento, aislado de la sociedad, durante un determinado tiempo, aunque el tiempo no determina una recuperación total, pero seis meses como mínimo fue para mí un tiempo de reordenar mi vida y hacer conciencia”.

Y es que, además de dejar las sustancias lícitas e ilegales, el objetivo es impulsarlos a ser mejores hijos, padres, hermanos, trabajadores y personas, en general.

“Y a sanar las heridas, en base a 12 pasos, como el que nos dice que debemos hacer un inventario hacia nosotros mismos, para repasa nuestra vida, desde la infancia, y detectar qué problemas nos llevaron a las adicciones y nos descarrilamos”.

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