/ domingo 24 de diciembre de 2017

Migración genera pueblos fantasma en Landero y Coss

A diferencia de otros años por estas fechas, el municipio veracruzano que mayor número de población tiene en EU no luce lleno de vida

Las políticas migratorias de Estados Unidos y la crisis económica que enfrentan los paisanos que viven en el vecino país ha provocado que, Landero y Coss continúe siendo un pueblo fantasma.

A diferencia de otros años por estas fechas, el municipio veracruzano que mayor número de población tiene en Estado Unidos no luce lleno de vida. Apenas unas cuantas personas recorren sus calles serpenteantes bajo el sol del medio día, unos cuantos niños arreglan la iglesia principal del pueblo y a lo lejos suena una canción norteña. “Este año no ha regresado casi gente, para las fiestas. Para estas fechas ya tendría que estar lleno de coches y camionetas pero no se ve nada”, asegura una mujer que juega con su pequeño en el pequeño parque del centro.

Y en efecto, son pocas las casas en las que se observa movimiento de familias y unos cuantos vehículos con placas de estados como Illinois y California recorren el municipio que se encuentra a escasos 50 kilómetros de Xalapa, la capital del estado.

Para estas fechas, el retorno de migrantes debería darse por cientos ya que se trata de una tradición para ellos regresar a visitar a sus esposas, hijos, hermanos, padres y abuelos que aún permanecen en el municipio sin embargo muchos de ellos tienen miedo de no poder regresar “de mojados”. 

“Ha bajado mucho la gente que viene a acompañarnos a celebrar estas fechas, unos dicen que es por la economía que ha pegado muy fuerte en todo el mundo pero la mayoría dicen que es porque cada vez es más difícil regresar, cruzar pues”, explica Claudio Rosado Domínguez, presidente municipal de Landero y Coss.

El alcalde -quien también fue migrante indocumentado- dio a conocer que se calcula que un 50 por ciento de la población de Landero y Coss se encuentra fuera del municipio y aunque la mayoría están en Estados Unidos también hay población en Canadá o en estado del país como la Ciudad de México o Tamaulipas.

Al igual que la afluencia de personas que visitan el municipio para las fiestas navideñas, el alcalde asegura que también ha disminuido la cantidad de remesas que llegan de Estados Unidos al grado de que se recibe apenas un 20 por ciento de lo que se recibía hace unas décadas cuando la migración estaba más fuerte.

CON EL FUTURO EN EU

Abel Durán es uno de los jóvenes a los que la migración les cambió el rumbo. Hace tres décadas los padres de Abel abandonaron su natal Landero y Coss para irse a trabajar a Chicago en busca de un mejor futuro, allá nació Abel y sus tres hermanos quienes aunque son residentes de Estados Unidos sienten que su origen está en el municipio veracruzano.

Año con año, los seis Durán regresan a Veracruz para pasar la navidad y el año nuevo con su familia aunque en esta ocasión el viaje solo lo hizo Abel y su madre ya que su papá y sus hermanos tuvieron que quedarse debido a que no obtuvieron permisos en el trabajo. “Yo aquí tengo a mis abuelos, tíos, primos y los vengo a visitar porque para mí es importante venir a verlos y a pasar tiempo con ellos”, reconoce.

Sin embargo, la principal motivación del joven de 25 años para viajar a Landero y Coss es visitar a su esposa quien vive aún ahí ya que no se ha resuelto la solicitud que hizo para que ella pueda vivir de manera legal en Chicago con él. “En los viajes constantes me enamoré de ella y aquí me casé. Ahora lo que estamos haciendo es tramitar todo para que ella se vaya conmigo”.

Abel explica que aunque se siente mexicano y extraña el pueblo de sus padres, en sus planes a futuro no está regresar de manera definitiva a México. Por el contrario, busca llevarse a su esposa para establecerse como familia allá e incluso tiene el proyecto de abrir una empresa de mecánica automotriz para ganarse la vida allá.

FAMILIAS DIVIDIDAS POR LA MIGRACIÓN

Aunque a muchos les ha procurado una mejor calidad de vida, la migración a Estados Unidos también ha dividido a cientos de familias en Landero y Coss ya que muchos niños y jóvenes viven sin la figura materna, paterna o ambas ya que sus padres se encuentran trabajando en el país del norte.

Jonathan Domínguez Martínez es uno de los jóvenes marcados por la migración ya que actualmente la mitad de su familia se encuentra en Chicago y la otra mitad en Landero y Coss. Para él ya se hizo costumbre extrañar a sus seres queridos ya sea que se encuentre en una u otra parte.

“Yo vivo allá en Estados Unidos con mi papá y mis dos hermanos pero mi mamá está aquí en Landero con mis otros dos hermanos menores porque ellos no tienen papeles, son mexicanos y no pueden ir”.

El joven explica que aunque él nació en Chicago, al año de edad sus padres regresaron a Landero y Coss pero al cumplir 10 años regresó con ellos a Chicago a estudiar y desde entonces ahí permanece. Señaló que en el segundo viaje la familia tuvo que ser drásticamente separada ya que sus dos hermanos menores nacieron en la entidad veracruzana por lo que tuvieron que quedarse al cuidado de los abuelos. “Ha sido muy difícil porque hay que dejar la cultura y el lenguaje que ya conocía pero después me acostumbré y ahora regreso a Landero a las fiestas a pasarla con mi familia, mis abuelos”.

MUNICIPIO ABANDONADO

Hace aproximadamente 30 años inició en Landero y Coss el boom de la migración y el éxodo masivo de habitantes a estados Unidos. En esa época, la facilidad para cruzar la frontera de mojada era tal que se calcula que unos 2 mil habitantes se fueron en busca del “sueño americano”. “Yo fui uno de ellos, de los que salimos a buscar mejores oportunidades”, señala el actual alcalde del municipio.

El munícipe asegura que aunque a su llegada a los Estados Unidos el primer pensamiento de los migrantes fue mandar dinero propio hogar para regresar algún día, la realidad es que muchos ya no piensan en regresar a Landero y Coss al grado de que el 50 por ciento de las casas del municipio se encuentran en completo abandono.

Las políticas migratorias de Estados Unidos y la crisis económica que enfrentan los paisanos que viven en el vecino país ha provocado que, Landero y Coss continúe siendo un pueblo fantasma.

A diferencia de otros años por estas fechas, el municipio veracruzano que mayor número de población tiene en Estado Unidos no luce lleno de vida. Apenas unas cuantas personas recorren sus calles serpenteantes bajo el sol del medio día, unos cuantos niños arreglan la iglesia principal del pueblo y a lo lejos suena una canción norteña. “Este año no ha regresado casi gente, para las fiestas. Para estas fechas ya tendría que estar lleno de coches y camionetas pero no se ve nada”, asegura una mujer que juega con su pequeño en el pequeño parque del centro.

Y en efecto, son pocas las casas en las que se observa movimiento de familias y unos cuantos vehículos con placas de estados como Illinois y California recorren el municipio que se encuentra a escasos 50 kilómetros de Xalapa, la capital del estado.

Para estas fechas, el retorno de migrantes debería darse por cientos ya que se trata de una tradición para ellos regresar a visitar a sus esposas, hijos, hermanos, padres y abuelos que aún permanecen en el municipio sin embargo muchos de ellos tienen miedo de no poder regresar “de mojados”. 

“Ha bajado mucho la gente que viene a acompañarnos a celebrar estas fechas, unos dicen que es por la economía que ha pegado muy fuerte en todo el mundo pero la mayoría dicen que es porque cada vez es más difícil regresar, cruzar pues”, explica Claudio Rosado Domínguez, presidente municipal de Landero y Coss.

El alcalde -quien también fue migrante indocumentado- dio a conocer que se calcula que un 50 por ciento de la población de Landero y Coss se encuentra fuera del municipio y aunque la mayoría están en Estados Unidos también hay población en Canadá o en estado del país como la Ciudad de México o Tamaulipas.

Al igual que la afluencia de personas que visitan el municipio para las fiestas navideñas, el alcalde asegura que también ha disminuido la cantidad de remesas que llegan de Estados Unidos al grado de que se recibe apenas un 20 por ciento de lo que se recibía hace unas décadas cuando la migración estaba más fuerte.

CON EL FUTURO EN EU

Abel Durán es uno de los jóvenes a los que la migración les cambió el rumbo. Hace tres décadas los padres de Abel abandonaron su natal Landero y Coss para irse a trabajar a Chicago en busca de un mejor futuro, allá nació Abel y sus tres hermanos quienes aunque son residentes de Estados Unidos sienten que su origen está en el municipio veracruzano.

Año con año, los seis Durán regresan a Veracruz para pasar la navidad y el año nuevo con su familia aunque en esta ocasión el viaje solo lo hizo Abel y su madre ya que su papá y sus hermanos tuvieron que quedarse debido a que no obtuvieron permisos en el trabajo. “Yo aquí tengo a mis abuelos, tíos, primos y los vengo a visitar porque para mí es importante venir a verlos y a pasar tiempo con ellos”, reconoce.

Sin embargo, la principal motivación del joven de 25 años para viajar a Landero y Coss es visitar a su esposa quien vive aún ahí ya que no se ha resuelto la solicitud que hizo para que ella pueda vivir de manera legal en Chicago con él. “En los viajes constantes me enamoré de ella y aquí me casé. Ahora lo que estamos haciendo es tramitar todo para que ella se vaya conmigo”.

Abel explica que aunque se siente mexicano y extraña el pueblo de sus padres, en sus planes a futuro no está regresar de manera definitiva a México. Por el contrario, busca llevarse a su esposa para establecerse como familia allá e incluso tiene el proyecto de abrir una empresa de mecánica automotriz para ganarse la vida allá.

FAMILIAS DIVIDIDAS POR LA MIGRACIÓN

Aunque a muchos les ha procurado una mejor calidad de vida, la migración a Estados Unidos también ha dividido a cientos de familias en Landero y Coss ya que muchos niños y jóvenes viven sin la figura materna, paterna o ambas ya que sus padres se encuentran trabajando en el país del norte.

Jonathan Domínguez Martínez es uno de los jóvenes marcados por la migración ya que actualmente la mitad de su familia se encuentra en Chicago y la otra mitad en Landero y Coss. Para él ya se hizo costumbre extrañar a sus seres queridos ya sea que se encuentre en una u otra parte.

“Yo vivo allá en Estados Unidos con mi papá y mis dos hermanos pero mi mamá está aquí en Landero con mis otros dos hermanos menores porque ellos no tienen papeles, son mexicanos y no pueden ir”.

El joven explica que aunque él nació en Chicago, al año de edad sus padres regresaron a Landero y Coss pero al cumplir 10 años regresó con ellos a Chicago a estudiar y desde entonces ahí permanece. Señaló que en el segundo viaje la familia tuvo que ser drásticamente separada ya que sus dos hermanos menores nacieron en la entidad veracruzana por lo que tuvieron que quedarse al cuidado de los abuelos. “Ha sido muy difícil porque hay que dejar la cultura y el lenguaje que ya conocía pero después me acostumbré y ahora regreso a Landero a las fiestas a pasarla con mi familia, mis abuelos”.

MUNICIPIO ABANDONADO

Hace aproximadamente 30 años inició en Landero y Coss el boom de la migración y el éxodo masivo de habitantes a estados Unidos. En esa época, la facilidad para cruzar la frontera de mojada era tal que se calcula que unos 2 mil habitantes se fueron en busca del “sueño americano”. “Yo fui uno de ellos, de los que salimos a buscar mejores oportunidades”, señala el actual alcalde del municipio.

El munícipe asegura que aunque a su llegada a los Estados Unidos el primer pensamiento de los migrantes fue mandar dinero propio hogar para regresar algún día, la realidad es que muchos ya no piensan en regresar a Landero y Coss al grado de que el 50 por ciento de las casas del municipio se encuentran en completo abandono.

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