Desde siempre, lanzar escupitajos ha sido considerada una acción asquerosa; sin embargo, con la llegada de la pandemia de Covid-19, esta acción llamó la atención de todos y finalmente fue considerada por expertos como peligrosa.
Las investigaciones científicas y sus respectivas publicaciones en medios de comunicación han provocado que se conozca más cómo se propagan las enfermedades, sobre todo las de tipo respiratorio.
Hablar sin cubrebocas y fumar a una distancia corta pueden fácilmente propiciar el contagio de una infección sobre todo del nuevo coronavirus, para el que nuestro cuerpo no tiene una respuesta inmune.
Asimismo, la acción de escupir, vista ya como una bomba de virus, llevó a legisladores del Partido Revolucionario Institucional (PRI) a abrir el debate y proponer en la Comisión Permanente una iniciativa para combatir el esputo callejero.
De esta manera, buscan erradicar por completo y evitar a toda costa que estos actos se lleven a cabo en lugares públicos, donde es posible poner la vida ajena en riesgo.
Según expertos en la materia, no hay una razón física o corporal que exija a las personas escupir, sino más bien se trata de un tema de educación.
La propuesta priísta planea enmendar el Artículo 29 de la Ley de Cultura Cívica de la Ciudad de México para mostrar que existe una violación del entorno urbano de la ciudad al escupir, orinar o defecar en los lugares mencionados en el Artículo 5 de la Ciudad de México.
Las sanciones podrían ir de los 955 hasta los 3 mil 475 pesos o significar de 6 a 12 horas de arresto y de 3 a 6 de trabajo comunitario.
