/ viernes 29 de marzo de 2024

Viven un viacrucis lleno de colores y sabores en Torreón

Las familias completas acuden a esta celebración

Torreón, Coahuila. – Miles de laguneros y visitantes de distintas entidades de la república se dieron cita desde muy temprana hora para disfrutar de los colores, sabores y la fiesta religiosa que se vive en torno al Viacrucis que recorre desde el acceso y sus catorce estaciones unos tres kilómetros y medio hasta llegar hasta lo más alto.

Desde las cinco de la mañana empezó la movilización de mercancías, toldos, sillas, mesas, asadores, mamparas, para la instalación de los puestos de gorditas, burritos, cachuchas, sombreros, sombrillas, flores, lentes, aguas frescas, tacos de carne asada y hasta imágenes religiosas.

Se estima que desde las seis de la mañana empezó a subir gente hasta el Santuario del Cristo de las Noas, aunque el grueso de los asistentes se empezó a observar a las ocho de mañana, momento en que las autoridades tuvieron que reforzar los operativos viales y de seguridad.

Todos a pie a lo largo del bulevar Laguna Sur desde la avenida Comonfort tenían que recorrer unos dos kilómetros de subida hasta llegar a la primera estación, lugar donde arrancaría en forma oficial el viacrucis.

A su paso había de todo, se empezaban a escuchar los gritos de los vendedores de cachuchas en cincuenta pesos o sombrillas en cien pesos, había promociones de lentes de uno por cuarenta y tres por cien, ya había aguas frescas, gorditas, burritos, papitas, churros, hasta un pequeño vivero que se había instalado.

Las vallas colocadas a la altura de la colonia Primera de Mayo impedían que los vehículos tuvieran acceso, por lo que todos tenían que descender en ese lugar, para seguir su camino a pie.

La dirección de protección civil instalo a lo largo de los tres o cuatro kilómetros de recorrido doce módulos de hidratación y de primeros auxilios.

Los burritos estaban en 15 pesos, las gorditas en 18 o hasta 20 pesos, las veladoras costaba 30 pesos, churros preparados en 25, sombreros en cien pesos el que le gustaba, los llamados papalotes o cometas estaban siendo vendidos en cincuenta pesos.

En algunos otros sitios estratégicos porque se contaba con un mayor espacio se instalaron cuatro a cinco “restaurantes” pequeños, donde las familias acudían a disfrutar de unas buenas gorditas de maíz y de harina, burritos, tacos de carne asada, tronadoras o hasta hamburguesas, para luego seguir su camino rumbo al Cristo de las Noas.

Con todo ello las familias laguneras disfrutaron con este color y este sabor de un viernes santo y de la celebración número 42 del Viacrucis en el Santuario del Cristo de las Noas, que para este día espera el arribo de unas 45 mil personas según las autoridades de protección civil.

Torreón, Coahuila. – Miles de laguneros y visitantes de distintas entidades de la república se dieron cita desde muy temprana hora para disfrutar de los colores, sabores y la fiesta religiosa que se vive en torno al Viacrucis que recorre desde el acceso y sus catorce estaciones unos tres kilómetros y medio hasta llegar hasta lo más alto.

Desde las cinco de la mañana empezó la movilización de mercancías, toldos, sillas, mesas, asadores, mamparas, para la instalación de los puestos de gorditas, burritos, cachuchas, sombreros, sombrillas, flores, lentes, aguas frescas, tacos de carne asada y hasta imágenes religiosas.

Se estima que desde las seis de la mañana empezó a subir gente hasta el Santuario del Cristo de las Noas, aunque el grueso de los asistentes se empezó a observar a las ocho de mañana, momento en que las autoridades tuvieron que reforzar los operativos viales y de seguridad.

Todos a pie a lo largo del bulevar Laguna Sur desde la avenida Comonfort tenían que recorrer unos dos kilómetros de subida hasta llegar a la primera estación, lugar donde arrancaría en forma oficial el viacrucis.

A su paso había de todo, se empezaban a escuchar los gritos de los vendedores de cachuchas en cincuenta pesos o sombrillas en cien pesos, había promociones de lentes de uno por cuarenta y tres por cien, ya había aguas frescas, gorditas, burritos, papitas, churros, hasta un pequeño vivero que se había instalado.

Las vallas colocadas a la altura de la colonia Primera de Mayo impedían que los vehículos tuvieran acceso, por lo que todos tenían que descender en ese lugar, para seguir su camino a pie.

La dirección de protección civil instalo a lo largo de los tres o cuatro kilómetros de recorrido doce módulos de hidratación y de primeros auxilios.

Los burritos estaban en 15 pesos, las gorditas en 18 o hasta 20 pesos, las veladoras costaba 30 pesos, churros preparados en 25, sombreros en cien pesos el que le gustaba, los llamados papalotes o cometas estaban siendo vendidos en cincuenta pesos.

En algunos otros sitios estratégicos porque se contaba con un mayor espacio se instalaron cuatro a cinco “restaurantes” pequeños, donde las familias acudían a disfrutar de unas buenas gorditas de maíz y de harina, burritos, tacos de carne asada, tronadoras o hasta hamburguesas, para luego seguir su camino rumbo al Cristo de las Noas.

Con todo ello las familias laguneras disfrutaron con este color y este sabor de un viernes santo y de la celebración número 42 del Viacrucis en el Santuario del Cristo de las Noas, que para este día espera el arribo de unas 45 mil personas según las autoridades de protección civil.

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