Son tres los filtros para la eliminación de altas concentraciones de arsénico a cargo del Sistema Intermunicipal de Aguas y Saneamiento Torreón-Matamoros, identificado como el SIMAS Rural, que actualmente se encuentran fuera de operación, esto debido a que no se han podido resolver necesidades específicas de mantenimiento, además del alto costo que representa mantenerlos activos.
Así lo reconoció el director técnico de la Comisión Estatal de Aguas y Saneamiento (CEAS), Enrique Salazar, al referirse a una situación que, dijo, pronto habrá de resolverse de manera definitiva.
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“Afortunadamente la mayoría de la gente no toma agua de la llave, sino de botellón”, comentó el funcionario, quien considera que la solución se dará a partir de que comience a cumplir con su objetivo el programa de Agua Saludable para La Laguna.
Hace notar que el agua potabilizada proveniente del río Nazas que recibirán los laguneros para su consumo, tendrá una concentración de arsénico muy inferior al nivel máximo permitido en norma actualizada, que es de 10 microgramos por litro.
En tanto, dijo, en los tres pozos cuyos sistemas de filtración se mantienen fuera de funcionamiento, los niveles de concentración del mineral pueden ser de entre 30 y 40 microgramos por litro, mientras que el límite establecido en la norma anterior era de 20.
Aclaró que la medición de ese tipo de parámetros se da en procedimientos de monitoreo que de manera semestral o anual deben realizar la Secretaría de Salud y la Comisión Nacional del Agua.
Sobre la ubicación de dichas fuentes de abastecimiento, se comentó que una de ellas opera en el ejido La Unión de Torreón y otra en la comunidad de Granada del vecino municipio de Matamoros.
De acuerdo con Enrique Salazar, lamentablemente los costos de mantenimiento y energéticos de los sistemas de filtración son muy elevados, por lo que a veces se complica a los organismos operativos responsables mantenerlos en funcionamiento, y es que son muchos los usuarios que no cumplen con el pago de sus recibos de agua.
Es por eso que el líquido que se distribuye en esos casos, sólo con el servicio de cloración pero no de filtración, no es apto para el consumo humano aunque sí para uso doméstico.