Torreón, Coahuila. – Golpes, amenazas de muerte y persecuciones con perros y drones, han denunciado niños y mujeres en el Centro de Día para Migrantes “Jesús Torres” por parte de personal del Instituto Nacional de Migración (INM) en Torreón.
Los funcionarios federales también los humillan, les dicen groserías y hasta los comparan con animales.
Así lo manifestó María Concepción Martínez Rodríguez, coordinadora del Centro de Día para Migrantes "Jesús Torres", al señalar que todo esto sucede en los patios de Ferromex y sus alrededores.
“Ahorita hay una cacería muy agresiva contra los migrantes por parte del INM, acompañados del Ejército y la Guardia Nacional, pero son los del INM los que están agrediendo físicamente y no se diga de manera emocional”.
“Son actos ilícitos, pues están atropellando los derechos de los migrantes. Este año, fácil, tenemos más de 10 casos de abusos físicos”.
Prueba de lo anterior es el reciente caso de una mujer de más de 50 años de edad que bajaron a la fuerza de los vagones y sufrió severas lesiones en el rostro, el cual terminó ensangrentado.
“Hace poco también nos llegaron tres niñas, hermanitas, que salieron corriendo porque las estaban persiguiendo y acudieron aquí descalzas, lastimadas de sus pies, pues tuvieron que correr por las calles y las piedras porque las estaban siguiendo los del INM”.
“No denuncian porque no creen en las autoridades, pues los de Migración les dicen que valen menos que un perro. Es algo inhumano, pues son niños, son mujeres. No denuncian porque eso requiere tiempo para ratificar y seguir el proceso, y los migrantes lo que quieren es irse lo más pronto posible a la frontera con Estados Unidos”.
Martínez Rodríguez consideró que, actualmente, siete de cada 10 migrantes son menores de edad y personas del sexo femenino.
LA SEÑORA DEL BASTÓN
Hilda es la mujer mayor de 50 años que llegó a Torreón desde Guatemala, en la búsqueda del “sueño americano”.
“Pero aquí en la línea del tren, estábamos subidos porque ya iba a salir, cuando llegó la migra y nos bajaron a todos, mis hijas corrieron, pero yo me quedé atrás porque ando en bastón, entonces me agarraron, mi tiraron, me pegué con el hierro del tren, me llené de sangre. No se tientan el alma, aunque me vieron con bastón”.
“Son muy groseros y yo sé que soy migrante, pero todos tenemos una historia para salir de nuestros países. Por mi edad, tengo 53, no pensé emigrar, pero me fui por la inseguridad, me extorsionaban en mi negocio. Allá los pandilleros te amenazan de muerte”.
MARY Y LOS NIÑOS
Mary es una joven que salió de Venezuela y también fue víctima del Instituto Nacional de Migración y de la Guardia Nacional.
“Estábamos en el tren con los niños, entonces llegaron y empezaron a maltratarnos, nos gritaron y nos bajaron a la fuerza. A mí me tumbaron, a los niños les gritaban que se callaran, que no lloraran. Fueron unas personas muy groseras”.
“Entendemos que los de Migración hacen su trabajo, pero no deben de tratarnos así y asustar a los niños, porque, de verdad, son muy groseros”.