/ miércoles 9 de septiembre de 2020

Laura López espera en la Corregidora y 16 que regresen por ella para ir a casa

Sobrevive de la caridad de las personas que le dan dinero y alimento

Torreón, Coahuila.- Con el semblante de quien guarda la esperanza de que alguien llegará por ella y se la llevará a un mejor lugar para vivir, Laura López González, de aproximadamente 50 años, es una mujer indigente que está apostada en la esquina de la calle Corregidora y 16 en Torreón. Le basta una silla, un bote y mínimos enseres para sobrevivir en la vía pública. Se dice entre los vecinos, que su padrastro la abandonó al morir su madre; lo cual la dejó en la completa indefensión social.

Es de complexión robusta y mide aproximadamente 1.65 metros de altura, luce un descuido de tiempo ya acumulado y mantiene su vista fija hacia la calle en dirección desconocida. Es amigable y sociable con quienes se le acercan a preguntarle algo. Siempre tiene de qué hablar, aunque por sus condiciones obvias siempre cambia la temática de lo que esté platicando.

“Estoy esperando a don Sigifredo López Sifuentes, para que me lleve con mis hermanos, aquí me dejaron. Ya tengo años esperándolo, yo me quedo a dormir aquí porque si me voy a otro lugar cuando vengan a recogerme no me encontrarán”; es la narrativa de esta mujer que claramente –aunque está consciente al momento- carece de sus facultades mentales lúcidas para poder identificar a dónde podrían reportar su caso.

Al preguntarle de cómo le hace para sobrevivir, dice que las personas pasan a dejarle dinero en sus manos y con eso ella se compra algún refresco y algún pan y poder comer, también, señala que no puede dejar solas a las aves que se le aproximan a cierta hora del día. Frente a ella, en el piso, se observan restos de comida entre tortillas duras y más restos de comida.

Algunos vecinos de la cuadra donde está apostada Laura aseguran que ella quedó en la total indefensión al morir su madre, lo que no precisan es cómo se llamaban sus padres y hace cuánto que murió su progenitora. Lo que si reconocieron es que Laura corre peligro al estar en la calle, ya que hay indigentes o transeúntes que pudieran causarle algún daño o incluso, en el peor de los casos pudiera sufrir alguna agresión física o sexual.

Torreón, Coahuila.- Con el semblante de quien guarda la esperanza de que alguien llegará por ella y se la llevará a un mejor lugar para vivir, Laura López González, de aproximadamente 50 años, es una mujer indigente que está apostada en la esquina de la calle Corregidora y 16 en Torreón. Le basta una silla, un bote y mínimos enseres para sobrevivir en la vía pública. Se dice entre los vecinos, que su padrastro la abandonó al morir su madre; lo cual la dejó en la completa indefensión social.

Es de complexión robusta y mide aproximadamente 1.65 metros de altura, luce un descuido de tiempo ya acumulado y mantiene su vista fija hacia la calle en dirección desconocida. Es amigable y sociable con quienes se le acercan a preguntarle algo. Siempre tiene de qué hablar, aunque por sus condiciones obvias siempre cambia la temática de lo que esté platicando.

“Estoy esperando a don Sigifredo López Sifuentes, para que me lleve con mis hermanos, aquí me dejaron. Ya tengo años esperándolo, yo me quedo a dormir aquí porque si me voy a otro lugar cuando vengan a recogerme no me encontrarán”; es la narrativa de esta mujer que claramente –aunque está consciente al momento- carece de sus facultades mentales lúcidas para poder identificar a dónde podrían reportar su caso.

Al preguntarle de cómo le hace para sobrevivir, dice que las personas pasan a dejarle dinero en sus manos y con eso ella se compra algún refresco y algún pan y poder comer, también, señala que no puede dejar solas a las aves que se le aproximan a cierta hora del día. Frente a ella, en el piso, se observan restos de comida entre tortillas duras y más restos de comida.

Algunos vecinos de la cuadra donde está apostada Laura aseguran que ella quedó en la total indefensión al morir su madre, lo que no precisan es cómo se llamaban sus padres y hace cuánto que murió su progenitora. Lo que si reconocieron es que Laura corre peligro al estar en la calle, ya que hay indigentes o transeúntes que pudieran causarle algún daño o incluso, en el peor de los casos pudiera sufrir alguna agresión física o sexual.

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