Hay veces en que la imaginación pudiera llevarnos mucho más allá de lo convencional, Cristina Rivera, una diseñadora de pasteles que rompe todos los esquemas lo sabe; “la gente ahora ya no te pide un pastel, la gente quiere obras de arte, o sea, se olvidan literal del pastel, quieren algo ´Wow´, grande, impresionante. Quieren obviamente lo mejor para su evento y es lo que nosotros tratamos de hacer”.
Para “La Chikitina”, como le apodan a Cristina Rivera, la repostería y el diseño de pasteles, se ha convertido en una de sus mas grandes pasiones; una pasión que le ha permitido desde hace algunos años que su familia se mantenga económicamente de la pastelería que atienden entre todos sus integrantes:
“Me ayuda mucho mi esposo, sobre todo mis hijos, me acompañan en la creación, en el transporte y el ensamblaje, a veces los desespero, ya que soy muy exigente con mi trabajo y aquí en mi casa, porque mi trabajo es todo y amo lo que hago, eso es algo maravilloso”.
Cristina ha logrado a base de mucho empeño ser la consentida de sus clientes, quienes han confiado en la creatividad de esta emprendedora para ver materializados desde los diseños soñados, hasta una que otra alocada ocurrencia.
“Me han pedido de todo, insectos, como la cucaracha de hace poco, o cosas bien raras como el que me pidieron unos veterinarios de un ¡Feto de un becerro! con los detalles y todo, para mi me causaba algo de conflicto representar la placenta con mermelada, pero ellos estaban fascinados, supongo que están acostumbrados. Pero sobre todo me piden lo que está de moda, personajes infantiles, rostros de los festejados, o lo que encuentran de novedad en las redes sociales, hasta me llegan a hacer un pedido enviándome un video de TikTok. Nosotros como diseñadores necesitamos estar al día con todas las tendencias, aunque mis preferidas siempre serán las princesas”.
LA RESPONSABILIDAD DE CREAR EMOCIONES Y GRANDES RECUERDOS
El compromiso de ofrecer a sus clientes diseños únicos e irrepetibles, le ha llevado a Cristina estar en constante capacitación, para poder contribuir a enriquecer aún más las ocasiones tan especiales que quieren coronar con un pastel espectacular.
“Para una boda siempre quieren un pastel espectacular, porque en la foto es el que parten los novios y quieren algo que puedan recordar siempre”.
Desde el sencillo de un solo piso con sabores como la vainilla, chocolate, almendra, naranja o piña, con algún adorno ornamental, hasta los de varias torres, con sabores más exigentes, y rellenos de mermelada como la fresa, zarzamora, chabacano, cajeta, dulce de leche o Nutella, adornados con pisos llenos de cascadas de flores y perlas de azúcar pintadas a mano, son los diseños que acostumbran solicitar para las bodas en la región, todo depende de la importancia, estilo y presupuesto que dediquen al pastel.
“Me han pedido pasteles de hasta 5 pisos, con detalles muy laboriosos, y adornos especiales, todo depende de lo que quieran ofrecer en la fiesta, pero lo que se ve cada vez más seguido en la actualidad son los pasteles falsos, ósea me piden uno de 3, 4 o 5 pisos, con todos los detalles, pero solo el pastel superior, el de arriba, es real, que es el que parten para la fotografía. Esto debido a que en los salones de fiestas ofrecen menús a 3 tiempos en el que incluyen pastel o postre, y pues los novios no quieren desperdiciar y eligen esta opción”.
¿CUÁNTO CUESTAN?
Los costos de un pastel dependen del trabajo que represente, el diseño personalizado, la dificultad y los precios de los detalles, adornos y la cantidad de rebanadas que se soliciten. Por ejemplo, una creación de estas características, suelen cotizarse en promedio entre 35 y 70 pesos la rebanada. Todo según los precios de la materia prima y hasta la premura de los encargos.
“Hay clientes que me encargan un diseño hasta 6 meses antes, pero de plano me han hablado prácticamente la madrugada anterior al evento y suelo atenderlos, pero ya depende del diseño, porque el costo es por eso, hay veces que me piden uno tapizado de rosas, y el crear pétalo por pétalo y pintarlo a mano es super laborioso y me lleva muchísimo tiempo, ya que todo es completamente artesanal”.
Para Cristina Rivera y su familia, el poder vivir de algo que les ha llenado de tantos retos y dichas les hace sentir muy agradecidos, y están cada vez más comprometidos en seguir mejorando para poder satisfacer a sus clientes. Y aunque los fines de semana y los días festivos de todo el año se la pasan en la creación de sus pasteles, no dejan de valorar todo lo que este negocio familiar les ha brindado, ya que les ha ayudado a que la vida mejore y que los costos de colegios y universidades se vean resueltos.
Lo que sigue para esta emprendedora lagunera es seguir capacitándose para mejorar cada vez más sus técnicas, con la intención de poder estar a la altura de las tendencias, y con el tiempo poder crear las propias.
En la actualidad, Cristina ofrece cursos para la elaboración y decoración de cupcakes, los cuales tienen una gran aceptación, ya que por $950 pesos sus alumnos aparte de recibir un diploma y todos los materiales necesarios para la creación de un pastel de 24 cupcakes, aprenden las recetas caseras para la elaboración de los panes y la del nada fácil betún de mantequilla.
Suele hacer dos cursos al mes, los domingos de 10 am a 3 pm, con el único requisito de ser mayores de 14 años y claro, con muchas ganas de aprender. Estos cursos son una buena opción para dominar de manera clara y divertida las recetas que seguro deleitaran a sus familias y ¿por qué no? poder desarrollar el talento necesario para poder emprender con éxito, como lo ha logrado Cristina Rivera “La Chikitina”.
