Torreón, Coahuila.- Este domingo, lugares tan representativos como el Bosque ´Venustiano Carranza´ y la Alameda Zaragoza lucieron abarrotados por familias laguneras y comerciantes.
La mayoría de los asistentes sí portaban cubrebocas y tomaban sus propias medidas de prevención ante la pandemia del Covid-19, pues en ambos lugares no había vigilancia por parte de las autoridades.
Los jugos y licuados del Bosque
En el Bosque, María Cristina Esquivel Muñoz, propietaria de Jugos y Licuado ´Lety´, dijo que no es la primera vez que se llena así en fin de semana en lo que va de la contingencia.
Su negocio tiene 46 años y consideró que durante la crisis sanitaria pasaron le peor época, pues las ventas bajaron más del 80 por ciento.
“Bajó un chorro la venta, muchísimo. El Bosque estaba muerto. Aunque dudamos en seguir, nunca se cerró. Ahorita ya se compuso la situación, ya hay más gente”.
“Llegó un momento en que no se escuchaban ni voces, era impresionante. Luego de estar muerto el lugar, una vez nos volteamos a ver los que trabajamos aquí porque volvimos a escuchar niños que estaban en los jueguitos, lo cual antes era normal, de todos los días, y ese día se nos hizo raro.
Agradeció la confianza de la población para volver a recuperar los espacios públicos aún y con la pandemia, pues del establecimiento dependen 10 personas de dos familias.
Regresan familias
Mario Alberto Contreras, de 24 años de edad y comerciante de profesión, acudió con su esposa y la familia de ella a pasar una tarde en el Bosque, y comentó que es la primera vez que regresan luego de la contingencia.
“Es la primera vez que venimos tras el coronavirus. Surgió la idea porque ya lo necesitaban los niños. Pensamos que iba a estar tranquilo, pero sí hay demasiada gente. Hoy venimos seis adultos y dos niños. Consideramos que era bueno venir aquí porque es un lugar amplio”.
“Hablamos con los niños y todos acordamos traer el cubrebocas. Ahorita nos lo quitamos porque estamos comiendo. También traemos gel antibacterial. Nosotros sí cumplimos con los protocolos y la verdad ya extrañábamos el Bosque”.
El quiosco de la Alameda
Claudia Guadalupe Alba Salazar trabaja en el quiosco que se ubica en el mero centro de la Alameda Zaragoza y, al igual que los demás negocios, también se vieron afectados por el Covid-19.
“La ventas llegaron a bajar hasta 40 por ciento. Ahorita, apenas, ya está empezando a componer todo. Nosotros nunca cerramos. Trabajamos todo el año. Hubo un tiempo en que solo había una empleada y ahorita ya somos tres porque ya subió de nuevo la venta. Lo que más piden es el agua celis, el agua de raíz y los cuadros de nieve”.
“Les pedimos que no dejen de visitarnos. Ya viene más gente y creo que podemos salir siempre y cuando se respeten los protocolos y las medidas”.
El cumpleañero
Víctor Rocha acudió a Alameda Zaragoza en compañía de sus tres hijos para celebrar su cumpleaños número 42.
Para ello, compraron una pizza y se fueron a sentar en una de las bancas.
“Habíamos pensado salir a un restaurante, a Cuatro Caminos o a Galerías, pero pensamos que no tenía caso salir de un lugar cerrado como nuestra casa para ir a otro lugar cerrado, por eso venimos aquí. Decidimos mejor comer al aire libre”.
“Sí tomamos medidas con esto de la pandemia, incluso tomamos la decisión de no salir de la casa, a menos que fuera realmente necesario, como a trabajar, yo soy contador público”.
“Yo creo que se está haciendo ya una cultura en nuestra familia, pues ya no hay necesidad de decirle a mis hijos que tienen que traer cubrebocas, que tienen que lavarse las manos, que tienen que guardar cierta distancia. Ya ellos saben lo que tienen que hacer.
Cabe mencionar que en el segundo piso del kiosco la Banda de Música del Municipio ofreció un concierto.
Dato:
- Llenos estaban, la tarde del domingo, el Bosque y la Alameda.
