De cara a las elecciones presidenciales del próximo año, la alianza opositora conformada por el PRI, el PAN y el PRD debe prevalecer y considerar como punto de referencia el modelo que se aplicó con buenos resultados en el estado de Coahuila, además de empezar por avanzar hacia la selección de un buen candidato o candidata, que debe ser una persona lo más congruente posible, seria y empapada de la problemática del país, además de contar con empatía y carisma ante la sociedad.
Su opinión en tales términos la compartió el gobernador Miguel Ángel Riquelme Solís, quien reiteró su decisión de “guardarse un tatito” una vez que concluya su actual gestión pública en tiempos en los que, dijo, estará ocupado en tratar simplemente de ser un buen ex gobernador.
Eso último lo mencionó luego de que el gobernador de Durango, Esteban Villegas Villarreal, ha manifestado abiertamente su intención de respaldarlo en lo que venga para él en términos políticos este año o el próximo.
Dijo que le agradece a Villegas que piense en su persona, pero insistió en que terminando su administración se dedicará a tratar de ser un buen ex mandatario. “Un buen ex gobernador se guarda un ratito, y en ese sentido, si la circunstancia y la política me da la oportunidad más delante será por mi institucionalidad y mi respeto al gobierno que va a entrar, no por mii empuje, ni por reacción, ni por mi área de oportunidad”, puntualizó, además de asegurar que por ahora se siente tranquilo porque habrá de entregar un Coahuila que pueda hacer frente a las expectativas de las nuevas generaciones.
En cuanto a la alianza partidista opositora, Riquelme Solís manifestó que la misma ya demostró ser un modelo válido que puede arrojar buenos resultados a nivel nacional si, como ocurrió en Coahuila, se postula a un buen candidato, algo en lo cual no debe haber más retrasos.
De lo que se trata es de tomar decisiones que permitan enfrentar con éxito a Morena, que desde su punto de vista no es más que la marca, ya que en los estados con autoridades emanadas de ese partido son los que tienen los niveles más bajos en materia de seguridad y competitividad.
No obstante, dejó en claro que él no pretende sugerir nada a su partido ni a la alianza, sino que simplemente se concreta en compartir su punto de vista como un gobernador próximo a terminar su gestión y preocupado por el futuro del país.
Habló asimismo de que no sabe qué tanto haya podido aportar a favor de los resultados que dio este modelo, y de que por ahora su prioridad es terminar bien el sexenio y propiciar un proceso de entrega-recepción en los mejores términos posibles, con la seguridad de que la transición de la actual administración a la próxima va a ser una de las más responsables en la vida política de Coahuila.
Mencionó también que la cercanía y la madurez que han tenido él y el gobernador electo Manolo Jiménez, implica que ambos entiendan los tiempos que se están viviendo en la actualidad en el país, y mantenerse alejados de politiquerías y egolatrías.
Se refirió a que hay la madurez necesaria para que desde ahora, con anticipación, Jiménez comience a ver la situación de las finanzas públicas y comience a tomar decisiones orientadas a que a Coahuila le vaya bien.