Torreón, Coahuila.- Este lunes 20 de diciembre, el Puente del Río Nazas cumple 90 años de haberse inaugurado, tratándose de una importante obra que desde entonces facilitó el tránsito entre las ciudades de Torreón y Gómez Palacio, de los estados de Coahuila y Durango respectivamente, destacando Gerardo Sotomayor Garza, Cronista de Torreón, que es considerado uno de los principales símbolos de los laguneros.
Fue el 20 de diciembre de 1931 cuando se llevó a cabo la inauguración del Puente del Río Nazas (hoy puente plateado), tocando al Gobernador de Coahuila de aquellos tiempos, Nazario Ortiz Garza, de encabezar la ceremonia que se efectuó en el mismo lugar de la obra, acudiendo el Ing. Pastor Rouaix, reconocido nacionalmente, en representación del mandatario de Durango, mientras que Isauro Martínez, otro gran personaje lagunero, se encargó de dar el discurso oficial que ponía en marcha el tránsito entre las dos ciudades.
“Este puente es un orgullo de los laguneros, yo les comento que el costo que tuvo el proyecto fue de 230 mil pesos, pero de hace 90 años, un precio que no se cree”, mencionó Sotomayor Garza.
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El Cronista de Torreón, nombramiento que recibió en agosto del 2017 por el Cabildo en turno, compartió a través de la columna que se publica en El Sol de La Laguna que, para ejecutar la obra del Puente Nazas, fueron utilizadas 40 toneladas de acero, 375 toneladas de cemento y 1900 metros cúbicos de cascajo con una longitud de 273 metros, siendo el ingeniero Francisco Allen quien la dirigió y la fundidora de fierro y acero de Monterrey la que realizó la estructura metálica, mientras que los cimientos estuvieron a cargo del ingeniero lagunero Carlos Bracho.
“La construcción de la gran obra, de la cual se celebra su aniversario, fue un gran anhelo de los laguneros que habitaban esta región a principios del siglo XX y la cual fue posible se materializara, gracias al gran impulso que todos los habitantes de la comarca le dieron a la obra”, comentó Sotomayor.
El Puente Nazas dio solución a una problemática que se tenía en aquellos años, ya que cuando el río del mismo nombre llevaba una caudalosa corriente de agua, provocaba que se suspendiera el paso de los vehículos, por lo que finalmente la obra vino a resolver la situación, convirtiéndose desde entonces en la principal vía de comunicación vehicular entre las ciudades hermanas de Torreón, Gómez Palacio y Lerdo.
