El Papa Francisco aceptó la renuncia al obispado de la Diócesis de Saltillo del monseñor José Raúl Vera López y designó al monseñor Hilario González García para el cargo.
Lo anterior fue comunicado por la Secretaría General de la Conferencia del Episcopado Mexicano de la Nunciatura Apostólica a las cinco de la mañana de ayer sábado por medio de la página oficial de su santidad.
Fray Raúl Vera López celebró este domingo en la Catedral de Santiago su primera misa como obispo emérito y ya se despidió de la feligresía.
“El Papa ha nombrado ya al obispo de que me sucederá, yo envié mi renuncia en el mes de junio y el Papa ya nombró a Hilario González García. Él tiene dos meses para asumir su trabajo y yo seré el administrador diocesano hasta que llegue el nuevo obispo”, señaló.
Hilario era hasta el día de ayer obispo de Linares, Nuevo León. Este es un pueblo mágico a la orilla de la carretera nacional, cuna de las “glorias”, los famosos dulces de cajeta quemada y nueces.
Él estudió la ingeniería en Sistemas Computacionales en la Universidad de Monterrey. Posteriormente entró al seminario y se graduó como sacerdote hace ya 25 años. Finalmente, hace seis fue nombrado obispo.
Esta será la primera ocasión que habrá tres obispos en la ciudad, con Francisco Villalobos Padilla y Raúl Vera López como eméritos.
