Gómez Palacio, Durango.- El noble oficio del bolero sigue vigente en México y es una actividad que perdurará por los siglos “o al menos hasta que se inventen los zapatos que se boleen solos, porque hasta los de charol requieren de una “manita de gato”, comenta Francisco Salazar Sariñana, quien luego de pensionarse como empleado de un centro comercial, se animó a comprar un negocio de este tipo.
“Somos los responsables de que ustedes muestren una mejor apariencia, porque el buen vestir, requiere de unos “papos” bien lustrados, impecables y si están desgastados, nosotros nos encargamos de revivirlos, que para eso existe la tinta fuerte, la crema, la grasa, el cepillo, el barniz, el trapazo, o el polvo de colores”, aseguró.
LARGAS JORNADAS
Entrevistado mientras lustraba los zapatos de un cliente, dijo que “si aspiramos a vivir bien y a ganar dinero, empecemos a darle desde las 7 de la mañana hasta las 7 de la noche, sin rajarse para llevarnos en temporadas buenas, hasta 800 pesos diarios, porque este trabajo es noble y bien remunerado”.
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Don Francisco acepta a la vez, que para que el cliente regrese, “debemos ser amables, dicharacheros pero sin enfadar, porque hasta debemos conocer el momento cuando hay que cortar la plática para no aburrir”.
También comenta, que hasta de paño de lágrimas sirven, porque hay quien cuenta sus penas familiares, sus problemas con la novia, con la esposa y del trabajo, “en este sentido hay que saber escuchar para no herir susceptibilidades, sin dar consejos que lesionen a la otra parte o bien a quien se dice ofendido”.
EL PRECIO DE UNA BOLERÍA
La bolería también es un negocio y vale más cuando ya está acreditada y dependiendo de la ubicación y la antigüedad, lo que significa una competencia fuerte entre los siete boleros que existen en la plaza principal de Gómez Palacio, “aunque el sol sale para todos”, afirmó don Francisco sin resentimientos.
Pero si usted amable lector, quiere que le traspasen una bolería, luego que el dueño pretenda cambiar de giro, tiene que pagar de 180 mil hasta 300 mil pesos, insistimos, de acuerdo al lugar de ubicación, pues por ejemplo una que se sitúa en contra esquina de la Iglesia de Guadalupe, tiene un precio de 250 mil pesos.
Hay otras con precio de hasta 300 mil pesos, tomando en cuenta que tienen ahí más de 60 años pasando de generaciones a generaciones y es lo que le da la plusvalía.
Y en lo que se refiere al cobro por boleada, el cliente paga 20 pesos, aunque muchos acostumbran dejar 5 pesos de propina “y esto representa un ingreso extra, tomando en cuenta que los enceres o material para bolear, aumentaron hace tres meses, de un 8 a 10 por ciento y ni modo hay que entrarle, aunque también nos recuperamos ampliamente en noviembre, diciembre y enero, considerado para nosotros los meses buenos”, concluyó.
