La tarde del 16 de agosto de 1977, la noticia de que Elvis Presley había fallecido inundó los medios de comunicación, así como los rumores sobre las posibles causas de su muerte a los 42 años de edad.
De acuerdo con la autopsia, Elvis murió debido a un paro cardíaco, mismo que no tardo en ser atribuido a su obesidad, malos hábitos y el consumo excesivo de drogas.
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Tan solo antes de que su vida finalizará, el intérprete ya pesaba 130 kilos como consecuencia de su dieta diaria que sumaba más 10 mil calorías.
Quienes lo conocieron de cerca, afirmaron que sus días solían iniciar a las 4 de la tarde y terminaban a las 6 de la mañana. En ese transcurso Presley consumía nieve, galletas, huevos con tocino, pancakes, albóndigas, sándwiches de mantequilla de maní y hamburguesas para la cena.
Simultáneamente, consumía drogas y medicamentos que lo ayudaban a mantenerse activo o le provocaban sueño de vez en cuando.
Así con sus malas costumbres, el mismo Elvis fue cavando su tumba hasta conseguirlo.
EL ÚLTIMO DÍA DE ELVIS PRESLEY
Las últimas horas del rey no fueron la excepción para continuar con su rutina letal.
Según publica el portal de Infobae, a las 11 de la noche había acudido al dentista por una caries que le estaba molestando; a las 4 de la mañana salió a jugar un partido de ráquetbol; una hora después consumió una gran cantidad de pastillas para el dolor de muelas, se puso a cantar un rato, comió un poco y a las 9 de la mañana se dirigió al baño.
A las 2 de la tarde, con la cabeza sumergida en su propio vomito, el cuerpo del rey del rock and roll fue encontrado por Ginger Alden, su novia de aquel entonces.
Finalmente, a las 3 y media de la tarde se confirmó al mundo entero que Elvis había muerto.