Mucho se habla del país más pequeño del mundo, el Vaticano. Cada turista que visita esta tierra en el corazón de Roma, se deleita con los ‘tesoros’ que muestra. Te explicamos todo sobre su colección artística, los llamados ‘tesoros del Vaticano’.
Los llamados Tesoros del Vaticano comprenden esculturas, pinturas y elementos arquitectónicos que cualquier museo querría para sus exposiciones. Entonces ¿cuáles son los tesoros?
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Los impresionantes tesoros de la ciudad del Vaticano
La Plaza de San Pedro
Tal vez el más obvio pero al mismo tiempo menos esperado, desde la corona de la cúpula de Miguel Ángel se puede contemplar el conjunto de la plaza y una magnifica vista sobre la ciudad de Roma. En esta explanada, centro del microestado, alberga obras de Miguel Ernini, Rafael, Giotto o Leonardo da Vinci. Eso sí, tras hacer cola y pasar un cuidadoso registro en la plaza. Una plaza que nos recibe con las 140 estatuas de papas, santos y teólogos de la iglesia y las impresionantes columnas de Bernini que parecen abrazar a quien visita el Vaticano.
Baldaquino de Bernini
Una vez dentro de la plaza de San Pedro, y si seguimos el recorrido por la nave central hasta el altar, podremos ver el baldaquino de Bernini, una de sus obras más significativas, cubierto con láminas de bronce del panteón de la ciudad. A esta puede accederse a través de un balcón interior para apreciar su valor artístico y toda la basílica desde lo alto.
Museos vaticanos
Fundado en el siglo XVI por el Papa Julio II, estos reciben a más de 5 millones de visitas al año, siendo el museo más visitado del mundo. En él, podremos admirar pinturas de Caravaggio, Leonardo da Vinci o Filippo Lippi. Las diferentes salas que componen el museo veremos objetos etruscos como sarcófagos o bronces, papiros o momias de animales de Egipto, esculturas griegas y romanas o las Estancias de Rafael donde admiramos los frescos que decoraban las estancias de Julio II.
La Capilla Sixtina
Sin duda, uno de los tesoros más conocidos a nivel mundial. La Capilla Sixtina fue una creación excepcional de Miguel Ángel, quien aceptó a regañadientes el encargo. Los frescos realizados entre 1508-1512 muestran la escena del Juicio Final y otros episodios del Génesis como la creación de los astros y las plantas, la creación de Adán o el pecado original y la expulsión del paraíso terrenal. Una obra sublime que llevo a cabo solo y en la que unió lo pagano y lo cristiano resultando un conjunto pictórico en el que los personajes parecen esculturas que cobrarán vida en cualquier momento.
