El INEGI revela a partir de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos en los Hogares (ENIGH) que una familia de escasos recursos destina 7.5% de sus ingresos totales a la compra de refrescos, mientras que las familias de ingresos moderados gastan 12% de sus ingresos en la adquisición de aguas y jugos embotellados, destacando una mayor demanda por refrescos de cola que cubren 70% del mercado.
Ante estos datos, el doctor César del Bosque, jefe de la Jurisdicción Sanitaria 6, alertó que es recomendable evitar el consumo de bebidas gaseosas o azucaradas, ya que tienen efectos negativos en la salud.
Apuntó que ésta es la principal razón por la que la población infantil padece sobrepeso y obesidad, por lo que deben sustituirse este tipo de bebidas por agua simple o bien agua fresca de frutas sin azúcar.
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“Es importante que los padres de familia consideren que el dar refresco a un niño es muy perjudicial para su salud, en un adulto también lo es, pero el estar dando refresco a un pequeño que está en desarrollo, que requiere de nutrientes y en vez de alimentación saludable se le acerca a gaseosas o jugos con grandes cantidades de azúcar, tarde o temprano ejercen un gran daño en su salud”, indicó.
Finalmente, dijo que el refresco es causante de cálculos renales debido al contenido en oxalatos, además de que implican un elevado gasto económico, por lo que se recomienda el consumo de agua natural.
