Las vacunas contra el Covid-19 aprobadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), si bien tienen la capacidad de frenar las oleadas, no la tienen de proteger al 100 por ciento (%) contra la enfermedad sintomática provocada por el coronavirus, lo que puede desencadenar en una infección posvacuna.
En los diversos estudios que se han dado a conocer en revistas científicas especializadas como The Lancet o Nature, se puede observar que, por ejemplo, el fármaco desarrollado por Pfizer-BioNTech, así como el de Moderna, protegen entre un 94 y un 95 % de convertirse en un paciente de SARS-CoV-2, mientras que la realizada por Johnson & Johnson alrededor del 70 %.
Esto se debe a que las vacunas desarrolladas funcionan haciendo que el sistema inmunológico reconozca el virus y, en caso de quedar expuesto a él, pueda combatirse y eliminarse de inmediato o de una forma menos agresiva, lo que depende de la carga viral.
Vacunas sí disminuyen gravedad de Covid-19
Así pues, de acuerdo con diferentes autoridades sanitarias, si alguien vacunado enferma de Covid-19 la gravedad de la enfermedad será prácticamente mínima, lo que aseguró el Dr. William Moss, experto en vacunas de la Escuela de Salud Pública John Hopkins a Bloomberg.
Incluso, actualmente la mayoría de los casos de hospitalizaciones y decesos de coronavirus en Estados Unidos son de personas que decidieron no ser inoculados al ser afectados por campañas de desinformación, malinformación o creencias religiosas.
No obstante, cabe señalar que hay personas que pese a recibir la vacuna podrían no generar una respuesta inmune menor por algún padecimiento crónico o la toma de un medicamento; también está la posibilidad de que la dosis que se le aplicó a una persona fuera mal almacenada o administrada, según el Dr. Moss.
Del mismo modo es posible que las variantes del virus como la Delta, Alfa o Épsilon estén causando más casos de la enfermedad entre vacunados, quienes casi en un 100 % cursan la enfermedad sin complicaciones.
La infección posvacuna de Covid-19 es común actualmente, sobre todo porque se trata de un virus altamente contagioso que en ocasiones consigue escapar de los fármacos.
