A pesar de que en México sólo se atiende al 11.7 por ciento de pacientes con problemas de salud mental, se tiene el problema por el desabasto de fármacos para estos padecimientos, advirtió la diputada Martha Loera Arámbula.
Con el respaldo del pleno del Congreso del Estado, se acordó exhortar a la Secretaría de Salud Federal para que garantice el abasto permanente de los medicamentos prescritos para el tratamiento de enfermedades neurológicas y de salud mental.
Hay pacientes que tardan meses en que les surtan las recetas y como la mayoría de estos tratamientos son largos, duran mucho para poder resurtirles, ya sea en el ISSSTE o en el IMSS, por lo cual tienen que comprar el medicamento que no es nada barato.
- Te puede interesar: Exhortan al Gobierno Federal para garantizar medicamento y vacunas en Coahuila
También se pidió a las autoridades de Coahuila, para que se fortalezcan los recursos físicos, económicos y humanos necesarios para satisfacer la cobertura de estos servicios.
Se refirió a datos de la Secretaría de Salud Federal, que en su informe del 2022, indica que hay una insuficiente disponibilidad de recursos físicos y humanos para el tratamiento a la salud mental.
Los servicios de este rubro solo representan el 2.7% de los centros de atención primaria, el 4.8% de los consultorios y el 6.5% de las camas censables.
“En otro tema relacionado encontramos también los trastornos neurológicos, definidos como enfermedades del sistema nervioso central y periférico, es decir, del cerebro, la médula espinal, los nervios craneales y periféricos, las raíces nerviosas, el sistema nervioso autónomo, la placa neuromuscular, y los músculos.
“Entre esos se cuentan la epilepsia, la enfermedad de Alzheimer y otras que representan, a nivel mundial, más del seis por ciento de la carga global de enfermedades”, indicó.
Expuso que los pacientes que presentan algún trastorno mental o enfermedad neurológica se enfrentan a un reto adicional para surtir sus recetas médicas debido al desabasto de medicamento especializado.
Esto provoca que la persona sufra alteraciones en su sistema nervioso y retrocesos en los avances obtenidos durante el tratamiento.