El que una persona se entere de que padece diabetes no necesariamente debe ser visto como una tragedia, sino que se trata de una gran oportunidad para realizar modificaciones en la forma de vida del núcleo familiar.
De hecho, el diagnóstico de la enfermedad es una oportunidad para transitar hacia un estilo de vida saludable tanto para el paciente como para su familia, quien también debe participar en acciones de corresponsabilidad para el autocuidado de la salud.
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Eso es algo que tiene claro la doctora Elizabeth Balderas Udave, directora de la Unidad de Medicina Familiar (UMF) 73 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Coahuila, quien insiste en que el apoyo al paciente por parte de sus familiares es fundamental.
Explica que esta enfermedad se asocia a un importante número de defunciones, de ahí que el Instituto enfoca sus esfuerzos a la prevención y control oportuno de los daños a través de diversas estrategias tales como NutrIMSS, Aprendiendo a Comer bien, y Estrategias Educativas de Promoción de la Salud.
De acuerdo con Balderas Udave, los daños asociados a la enfermedad pueden aplazarse con llevar un estilo de vida activo y saludable, el cual consiste en alimentarse correctamente y practicar actividad física por lo menos cinco veces por semana.
Indicó que además es necesaria la corresponsabilidad de los pacientes y sus familias, ya que la farmacología representa sólo una parte del tratamiento, el resto corresponde a la persona.
La experiencia institucional demuestra que cuando la familia participa y se suma al cambio de hábitos, los resultados son exitosos, de ahí que llamó a la población a considerar el diagnóstico de la enfermedad como una oportunidad para mejorar el estilo de vida, concluyó la doctora.