Dentro de las historias que se cuentan en la región hay algunas que parecen sacadas de la ficción. Tal es la historia de Cliserio Reyes, el joven coahuilense que arriesgó su vida para cumplir su sueño de ‘volar’. Te contamos quien es y qué hizo para convertirse en el héroe de muchos niños en La Laguna.
Cuenta la leyenda que allá, por los años 1945, la gente de ese entonces en Torreón decidió que era buena idea que la ciudad tuviera un aeropuerto. Decisión que causó muchas reacciones. Los más apáticos decían -Confórmense con el que tienen para las avionetas fumigadoras que andan sobre los ranchos y ejidos, y no anden soñando con tantas ilusiones-
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Esto no detuvo las aspiraciones y gracias a la ayuda de Miguel Alemán y de Raúl López Sánchez, se construyó entre el arenal el ‘Puerto Aéreo Internacional Francisco Sarabia’.
La hazaña de Cliserio Reyes Guerrero
Un 9 de octubre de 1950, los medios locales compartieron la información sobre un ‘polizón’ a bordo de uno de los aviones de la Compañía de Líneas Aéreas Mexicanas (LAMSA) que se dirigía a la Capital de la República. ¿Qué pasó?
Cliserio era un campesino, de 19 años, que vivía en el ejido Florencia del municipio de Francisco I. Madero. Delgado y de fuerte contextura era el mayor de cinco hermanos. Según contaron sus padres en una entrevista para un medio de la época, Cliserio, desde muy chico les empezó a decir que le gustaba la aventura y que quedó fascinado por los aviones que pasaban por el cielo de su hogar, pues se quedaba contemplándolo hasta que los perdía de vista. Soñaba con volar algún día en ellos, pero su condición lo hacía prácticamente imposible.
“Me gusta mucho el estudio pero debido a la falta de recursos solo pudo estudiar hasta el cuarto año de la primaria”
¿Qué hizo Cliserio Reyes Guerrero?
Debido a su fascinación por lo aviones, el joven coahuilense, decidió acudir al Puerto Aéreo en Torreón. Ahí estudio sus salidas, aterrizajes y encontró la manera de abordar uno de ellos para cumplir su sueño de volar.
Una vez que estudió todas las posibilidades se hizo de una gorra con orejeras, unos lentes y su abrigo al estilo de los pilotos en ese entonces.
Un día, después de salir de su jornada laboral en Florencia emprendió camino a Torreón. Llegó por la noche, y como en otras ocasiones se acercó al campo aéreo. Pese a la seguridad saltó el alambrado y estuvo al acecho de uno de los aviones.
Una vez que el avión aterrizó y se preparaba para volver al cielo, Cliserio corrió y subió al ‘pájaro de metal’ en una de las alas. Tendió su cuerpo sobre el metal y se aferró con sus brazos a la aleta para tener estabilidad. Según contó, ni siquiera sabía hacia donde se dirigía el avión, solo quería volar.
Una vez que estuvo aferrado, el avión comenzó su ascenso. Ya en el aire, Cliserio podía ver las luces de la ciudad desde el cielo. El aire azotaba su cuerpo. Era tal la fuerza que su camisa se comenzó a desgarrar, sintiendo que el viento le azotaba la espalda como con un fuete. Una hora y veinte minutos fue lo que soportó Cliserio aferrado al ala del avión.
El piloto nunca se dio cuenta del polizón, hasta que en su aterrizaje un par de guardias lo vieron aferrado al ala. Estos lo hicieron bajar para luego entregarlo a las autoridades. Las autoridades se mostraban incrédulas, pues tal hazaña nunca había sido registrada en todo el mundo.
El piloto de aquel viaje, Jorge Guzmán L., manifestó que había notado algo raro en el despegue, pero no pudo identificar que era. Dándose cuenta que gracias a que todos los virajes eran hacia la derecha, Cliserio, pudo seguir aferrado y de haber hecho uno a la izquierda, el desenlace habría sido distinto.
Luego de ser arrestado e ingresado a la cárcel, el presidente municipal decidió enviar a un médico para conocer el estado de salud de Cliserio, quien estaba perfecto.
LAMSA Vs Cliserio
Luego de que se diera a conocer la hazaña del joven coahuilense, la empresa Líneas Aéreas Mexicanas S.A. informó que procedería a consignar los hechos ante el Ministerio Público Federal contra Cliserio, pues su acción había puesto en peligro la integridad del avión y de todos sus tripulantes. La acusación era para dejar un presedente y que no se repitiera el caso. La acusación tenía muchos detractores, pues consideraban que el joven sólo puso en riesgo su propia vida.
Cliserio Reyes, héroe nacional
Gracias a las transmisiones de radio y comunicación por telégrafo, la historia de Cliserio se conoció en toda la república. Siendo replicada en diarios de todos los estados e incluso llegando a diarios de Estados Unidos. Incluso el periódico “El Universal” se refirió al caso como ‘Desde el punto de vista periodístico puede decirse que esa información es de las que se presenta cada 100 años […] ese acto de valor […] no tiene precedentes en la historia de la aviación. Y mucho dudamos en que en algún otro país se haya producido semejante alarde de desprestigió a la vida, en aras del simple deseo de experimentar una emoción nueva: la de volar”
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Tanto las autoridades municipales de Torreón, como la empresa LAMSA dejaron de lado esta opinión pública de la hazaña y reaccionaron acusando al joven.
Muestras de apoyo a Cliserio
Luego de que su historia se diera a conocer, una serie de personas decidieron donar dinero para que el joven oriundo del ejido Florencia saliera libre bajo fianza.
Un agente del Ministerio Público explicó que algunas personas se acercaron a la dependencia para hablar con Cliserio o incluso abogar por su liberación. Otros mandaron cartas a los medios de comunicación donde narraban su asombro por la proeza de Cliserio e incluso mandando algo de dinero para que pudiera salir en libertad.
Un par de doctores laguneros, que radicaban en la capital del país decidieron enviar un par de cheques por la cantidad de 100 pesos, mismos que fueron entregados personalmente al joven. A partir de ahí, decenas de personas hicieron lo mismo, mandando uno, dos, tres, cinco, diez, treinta pesos… todos con la intención de que Cliserio pudiera seguir sus estudios y convertirse en Piloto.
¿Qué fue de Cliserio Reyes?
Días después de su arresto y que LAMSA anunciara su proceder contra Cliserio, la opinión pública se volcó sobre ellos, pues la gente apoyaba y admiraba la hazaña del joven. Tras cuatro días en cautiverio un juez de distrito decidió declarar auto de soltura para el joven campesino.
La misma empresa LAMSA llevó al joven a que relatara su historia en estaciones de radio, situación que fue tomada por parte de la población como una estrategia para mejorar su imagen luego de haber ‘encerrado’ al héroe de La Laguna.
Tiempo después Cliserio recibió más buenas noticias, pues la Sociedad Mutualista entregó un reconocimiento y una medalla como testimonio y recuerdo de su gran hazaña. Los donativos siguieron llegando e incluso una empresa aeronáutica se comprometió a enseñarle a Cliserio como volar para ser un piloto.
El señor Rodolfo Martínez, Gerente de ‘Fumingaciones Aéreas”, envió una carta al padre de Cliserio para manifestar su intención de instruir a su hijo para que tuviera lo necesario para ser piloto. La carta también mencionaba que todos los gastos correrían por dicha empresa hasta que el joven terminara su formación para que pudiera hacer carrera como piloto en esa empresa o en cualquier otra que le convenga.
Años más tarde, la gente seguía recordando a Cliserio, quien siguió sus sueño, logró convertirse en piloto aviador para una empresa de fumigación, además de ser piloto comercial. La historia fue pasando de boca en boca, para unos era una simple leyenda, una historia exagerada que se alejaba de la realidad. Para otros era una muestra de cómo luchar por tus sueños.
A dia de hoy, Cliserio Reyes Guerrero sigue siendo recordado como el joven que casi murió por cumplir su sueño de volar.
