Un valioso legado cultural donado generosamente por una de las escritoras más destacadas de la región, Magdalena Mondragón, ha desaparecido en la nebulosa del tiempo, dejando una pregunta latente: ¿Dónde quedó el museo de Magdalena Mondragón?
La historia comienza con la traslación de esta colección desde la Ciudad de México a Torreón en dos camiones debido a la abrumadora cantidad de objetos que la componían. Sin embargo, a pesar de la generosidad de Mondragón al donar su acervo a la ciudad, el museo carecía del cuidado y las normas de seguridad necesarias, lo que llevó a la pérdida gradual de valiosas piezas hasta su eventual desaparición.
Carlos Castañón, historiador y responsable del Archivo Municipal, lamenta la ingratitud de los lugareños hacia la memoria de Mondragón, señalando que este museo, que fue el primero en Torreón, ha sido olvidado y desatendido. A treinta años de la muerte de la destacada autora, Castañón destaca la brillantez, la capacidad intelectual y el espíritu de lucha que caracterizaron a Magdalena Mondragón en una época en la que las mujeres enfrentaban desafíos significativos en términos de derechos y equidad.
La tristeza de Mondragón fue profunda al enterarse del saqueo del tesoro que había donado. La familia intentó investigar el destino de las obras y se rumoreaba que políticos de alto nivel en el estado, a finales de los años setenta, las habían tomado, ya sea para adornar sus residencias o incluso subastarlas en Estados Unidos.
Lamentablemente, no se logró recuperar ninguna pieza del acervo. La magnitud de los involucrados, según el relato de la familia, hizo que cualquier intento de recuperación fuera inútil. Ahora, el museo yace en el olvido, con la preparatoria que lo albergaba ya desaparecida, y los pocos vestigios restantes desconocidos por su paradero.
En honor a Magdalena Mondragón, la Asociación Nacional de Periodistas Mexicanas creó la Medalla Magdalena Mondragón, que reconoce a periodistas con destacadas trayectorias y a figuras prominentes de la cultura. Además, una calle en Torreón lleva el nombre de Magdalena Mondragón desde 1977, cuando fue nombrada Hija Predilecta de la ciudad.
Un pasaje revelador sobre este misterio proviene de una entrevista realizada por el periodista José Muñoz Cota a Magdalena Mondragón en los últimos días de su vida, después de una cirugía contra el cáncer. Mondragón expresó su amargura por el saqueo de su donación a Torreón y lamentó la falta de acción para protegerla. Sin embargo, señaló que la donación se había realizado a través de un acta notarial, lo que la había despojado de la propiedad de las obras.
En sus propias palabras, "a los que robaron el museo no me robaron a mí, robaron a la Universidad de Coahuila y al pueblo de Torreón. Pero en fin, creo que ahora ya hay otros museos, y por algo se empieza. Ya la cultura vendrá".
El acervo perdido de Magdalena Mondragón incluía más de 80 cuadros con obras de destacados artistas como Orozco, Desiderio Xochitiotzin, Manuel González Serrano, Luis Arenal, Aurora Reyes y José Clemente Orozco, así como un mural de ocho metros de longitud creado por Carlos Humberto Valencia, quien en ese entonces era el muralista más joven del país. Además de las pinturas, la colección comprendía tres mil libros de literatura moderna, teatro, novela, ciencia y arte, así como 16 esculturas, artesanía mexicana y piezas arqueológicas relacionadas con los primeros habitantes de la ciudad.
