Chihuahua es un estado con mucha historia, desde antes de la colonia ha recopilado interesantes momentos, y también con ellos leyendas que marcan a la población, como la Pascualita, la Planchada y muchas más, lo que enriquece la tradición oral de la ciudad.
Es el caso de la localidad de Santa Eulalia, en Aquiles Serdán, que cuenta con la muy conocida historia del Curro, esta ha sido contada por generaciones y aunque más escondida, el poblado minero tiene otra leyenda de gran importancia para los ciudadanos.
Se trata de la llamada “Novia de Santa Eulalia” a la que se le ha dado tanta importancia que su historia se encuentra dentro del Museo Comunitario de Santa Eulalia, donde se exhiben herramientas de minería pues por la naturaleza del pueblo es el punto de partida de muchas historias.
Santa Eulalia es una población minera a poco más de 30 kilómetros de la capital del estado, de poco más de 20 mil habitantes, y fundada hace más de 300 años pues entre 1700 y 1730 fue que se abrió la mina Bustillos, es en este lugar donde se sitúa la historia.
Por las calles del pueblo, se cuenta que había una pareja enamorada que estaba a punto de casarse, todo estaba listo, los novios llevaban tiempo juntos y deseaban continuar con su vida juntos.
El día de la boda, un hombre misterioso, armado y a caballo, muy al estilo de los revolucionarios del siglo pasado, que con violencia secuestró a la mujer y se la llevó lejos de todos.
Los habitantes supieron que la tenía viviendo en una cueva de la mina del lugar, aquí la mantuvo cautiva un tiempo sin que la familia pudiera hacer nada para rescatarla.
Tiempo después no se supo más de ninguno de los dos, la leyenda cuenta que el hombre la asesinó y luego huyó del pueblo, por esto su alma se encuentra vagando en las cuevas abandonadas de la mina.
Además de su rica historia Santa Eulalia tiene mucho por ofrecer a sus visitantes, como el Cueva de los Murciélagos o las Cavernas de Santa Eulalia, donde se alberga una colonia de al menos 10 millones de estos animales, los cuales salen al atardecer para cazar su comida, haciendo de esto un espectáculo inolvidable.
Nota originalmente publicada en: El Heraldo de Chihuahua
