Guadalupe Bribiesca-Contreras es una especialista mexicana que se ha dedicado a estudiar el mar y los organismos que habitan en él, su trabajo le ha permitido a la comunidad científica registrar distintas especies marinas y sus comportamientos nunca antes vistos en estos seres que viven en el fondo del océano.
Ella es originaria de la Ciudad de México y desde que era pequeña dijo que quería ser una bióloga marina. En ese momento, confesó no conocía en persona el mar, solo lo había visto en documentales. Tras varios años de estudios logró cumplir sus metas. Ha publicado varios artículos especializadas en esta materia.
Ahora ella trabaja como investigadora en el departamento de Ciencias de la Vida dentro del Museo de Historia Natural de Londres. Hace poco encabezó un nuevo proyecto que tenía el objetivo de analizar el ecosistema de una zona poco explorada del Océano Pacífico. Sus descubrimientos ya fueron publicados.
¿Cuáles fueron los hallazgos de Guadalupe Bribiesca en la investigación?
La experta en compañía de su cuerpo de investigación, envió un vehículo especial operado de manera remota a una región que está ubicada entre Hawái y México llamada zona Clarion-Clipperton (CCZ por sus siglas en inglés), que tiene un área con más de 5 millones de km cuadrados.
De acuerdo con el reporte publicado en la revista ZooKeys, en ese espacio se recolectaron 55 animales marinos, en total fueron 48 especies diferentes, y demostraron que al menos siete de ellas son completamente nuevas para la ciencia. Además, se cree que las clasificaciones no registradas podrían ser más de 30.
En una entrevista para la BBC, ella comentó que este tipo de análisis podría ser visto como una práctica drástica en contra de estos seres, no obstante, indicó que es necesario hacerlo por el bien de ellos, pues deben conocerlos a fondo para crear estrategias ambientales para protegerlos.
En este sentido, precisó que llevarlos a un laboratorio es de suma importancia para revisarlos a detalle, y así contar cuantos tentáculos tienen, el número de patas o algunos caracteres internos que no se pueden observar por medio de una unidad manejada a la distancia.
En su expedición igual descubrieron grandes cantidades de nódulos polimetálicos, así como trozos de rocas llenos de metales valiosos, algunos fueron cobalto, níquel, manganeso y cobre. Estos elementos se usan dentro de la industria de las tecnologías limpias.
Esto ha hecho que crezca el interés de varios gobiernos y empresas para extraer estos productos, con el fin de hacerle frente al cambio climático. Sin embargo, esta actividad provocaría daños en este hábitat: "si no sabemos ni siquiera qué vive ahí no sabemos el daño que va a ocasionar tratar de extraer este recurso", expresó la especialista mexicana.
Nuevas especies y conductas
Bribiesca-Contreras dijo que estaba muy impresionada por los hallazgos, pues mencionó que en esta expedición descubrió algunas variantes de especies ya detectadas, aunque con conductas completamente distintas.
“Por ejemplo, tienes esponjas carnívoras, lo que suena súper raro. Uno esperaría que sean como una planta carnívora que está como esperando a que le caiga la comida, pero tenemos vídeos en los que se ve que pasa un camaroncito y la esponja cambia de forma para engullirlo y luego escupe el exoesqueleto", mencionó.
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Además, ella sostuvo que esos animales hacen ‘cosas rarísimas’, ya que pueden emitir luz muy brillante de forma natural e igual tienen en su anatomía elementos inusuales que ocupan para reproducirse. Señaló que su capacidad para moverse es extraña.
“Cuando vas a bucear normalmente ves erizos moviéndose, pero muy lento. Pues este erizo, cuando se le acerca el vehículo operado remotamente se levanta y comienza como a galopar, lo ves corriendo en el fondo". Asimismo, descubrió que algunas de esas especies superan el tamaño promedio.
Para finalizar, ella aseguró que la existencia de esas especies es admirable porque han sobrevivido a la extinción masiva que se ha presentado desde hace miles de años: "Yo a estos animales los veo hermosos y ante ellos siento sorpresa, admiración y un montón de curiosidad. Cada vez que vemos algo tenemos mil preguntas".
Nota originalmente publicada en: El Sol de Puebla
