Coahuila es conocido por sus Pueblos Mágicos y paisajes sin igual. Pero existe un lugar poco conocido y del cual se cuentan leyendas e historias. Te presentamos ‘Puerto de Ventanillas’, el pueblo fantasma en La Laguna.
Ubicado por la carretera San Pedro - Cuatro Ciénegas, al norte de San Pedro, Coahuila, ‘Puerto Ventanillas’ es un lugar del que se cuentan muchas historias, algunas en el ámbito paranormal. Habitantes de ciudades como San Pedro conocen estas historias, los cuales aseguran que se trata de un pueblo fantasma ¿por qué?
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‘Puerto ventanillas’ el pueblo fantasma de Coahuila
Comencemos por contar por qué se llama ‘Puerto Ventanillas’, ya que habitantes de los ejidos aledaños cuentan que el nombre se debe al sistema montañoso que tiene aberturas entre las rocas, las cuales asemejan desde lo lejos pequeñas ventanas, como si de ahí alguien vigilara a quienes pasan o llegan al lugar.
De este pueblo se cuentan muchas cosas, como que ahí fue el lugar de asilo para los sampetrinos cuando el Río Nazas volvió a tener agua en 1968. O aquellas leyendas paranormales que involucran la aparición de una pequeña capilla al píe de sus montañas.
La capilla fantasma en el Puerto ventanillas
Cuentan que, durante los años 30, una pareja que pudo ingresar al pueblo se encontraba cuidando su ganado. A mitad de la noche la mujer, embarazada, comenzó con los dolores de parto. El hombre, preocupado decidió ir a buscar ayuda, teniendo en mente llegar a la ciudad a como diera lugar.
Mientras caminaba por la ciudad vio con asombre unas luces, al cercarse se percató de que era una capilla. Sin pensar nada se adentró en la misma. Al ver a más personas decidió pedir ayuda, logrando encontrar a una mujer que se ofreció para las labores del parto. El hombre aceptó y la llevó hasta donde su esposa yacía.
Todo salió de maravilla y el bebé nació. El hombre decidió acompañar a la mujer hasta su casa, una vez pasado el susto se preguntó qué ¿dónde estaba? Por lo que amarró un pañuelo en la rama de un árbol para luego poder volver sin perderse.
Pasaron los días, y en un recorrido con su ganado, encontró su pañuelo en un lugar sin rastro de viviendas o personas. A día de hoy, son muchos los automovilistas que pasan por la noche y aseguran haber visto la capilla de aquel pueblo fantasma. Muchos comentan que tan vez existe algún tesoro enterrado, mientras que otros creen que aquel lugar es en realidad una puerta a otra dimensión.