El fenómeno de El Niño, pronosticado para este año, es la formación de una capa superficial de agua cálida en la franja ecuatorial del Océano Pacífico, también se le conoce como Oscilación del Sur y se caracteriza por la fluctuación de las temperaturas del océano en la parte central y oriental del Pacífico ecuatorial, asociada a cambios en la atmósfera.
Se trata de un fenómeno del clima que es difícil de predecir y que no obedece a ciclos uniformes. Sin embargo, en la actualidad las agencias climatológicas internacionales como la Organización Meteorológica Mundial (OMM) alertan que está por producirse un Niño muy intenso durante este año 2023, que provocará cambios en el clima de todo el planeta.
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De acuerdo a un informe de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), el pronóstico para el norte del territorio mexicano es un clima húmedo durante la segunda mitad del año. Se esperan “anomalías por debajo de lo normal en la mayor parte del territorio nacional, especialmente en los meses de verano y otoño, que a su vez podrían dar origen a condiciones de sequía intensa.
“Estas anomalías negativas se presentan con mayor intensidad en la parte noroeste, oeste, centro, este y sur del país, a excepción de zonas localizadas en Chihuahua, Coahuila, Guerrero y el norte de Chiapas que presentan condiciones húmedas”.
Al tratarse de un fenómeno del Niño especialmente intenso es probable que las lluvias que cause también sean muy intensas.
¿Cuándo inicia el fenómeno de El Niño?
Es imposible marcar con exactitud cuándo comienza el llamado Fenómeno de El Niño Global, conocido técnicamente como Oscilación del Sur, sin embargo, en la actualidad ha terminado el Fenómeno de la Niña, el cual es opuesto al del Niño (tratándose de un enfriamiento en las aguas de la misma zona ecuatorial).
Al cesar la Niña, entramos a una zona neutral, misma que está dando paso al Fenómeno del Niño.
De acuerdo a la ONU, “Las probabilidades de que se forme este fenómeno natural durante la primera mitad del año son bajas (15% en abril-junio), aunque aumentarán progresivamente entre mayo y junio (hasta un 35%) y crecerán notablemente entre julio y agosto (55%)”.
Por ello se puede decir que a lo largo del año irán aumentando las posibilidades de que inicie el poderoso fenómeno que traerá calor y lluvias a Coahuila. Además, su efecto podría prolongarse por año entero.
Nota publicada originalmente en: El Heraldo de Chihuahua